Los desalojados en Barxeta salieron "con lo puesto" y con las llamas a 150 metros

  • Barxeta (Valencia).- La mayor parte de los 200 vecinos que fueron desalojados ayer en las urbanizaciones de localidad valenciana de Barxeta, a consecuencia del incendio que se originó en la zona, salieron de casa "con lo puesto" y viendo las llamas a apenas 150 metros de sus viviendas.

La Generalitat valenciana da por estabilizados los incendios que han calcinado 4.500 hectáreas
La Generalitat valenciana da por estabilizados los incendios que han calcinado 4.500 hectáreas

Barxeta (Valencia).- La mayor parte de los 200 vecinos que fueron desalojados ayer en las urbanizaciones de localidad valenciana de Barxeta, a consecuencia del incendio que se originó en la zona, salieron de casa "con lo puesto" y viendo las llamas a apenas 150 metros de sus viviendas.

Según han relatado a EFE varios de estos vecinos, los primeros avisos de fuego los recibieron por parte de la Policía Local alrededor de las 18.45 horas, si bien no fue hasta cerca de la medianoche cuando la Guardia Civil les conminó a que desalojasen las viviendas ante el avance de las llamas.

"El desalojo fue complicado -ha reconocido uno de los agentes responsables del desalojo- porque los residentes en la urbanización de La Solana y la partida El Rabosero fueron un poco reticentes a abandonar las casas, algunas de las cuales habitan durante todo el año, e incluso hubo una persona que decidió quedarse bajo su responsabilidad y a la que hubo que tomarle los datos".

"Sin embargo, es comprensible su postura y hay que agradecer a estos vecinos que dejasen las verjas de sus viviendas abiertas y todas las tomas de agua y mangueras disponibles al alcance de los Bomberos", ha añadido.

En este sentido, una de las vecinas afectadas de la urbanización de La Solana, Lolín Company, ha explicado a EFE que tanto ella como el resto de sus vecinos trataron de ver cómo evolucionaba el incendio antes de abandonar sus viviendas, pero finalmente se vieron obligados a hacerlo con rapidez, "con lo puesto" y viendo las llamas a "escasos 150 metros".

"En parte salimos de casa sin recoger nada porque pensamos que hoy por la mañana nos dejarían entrar, pero la verdad es que el paso todavía sigue cerrado y sólo nos dejan acceder a la vivienda de forma puntual para recoger algunos enseres personales o medicinas", ha asegurado.

Esta vecina, que abandonó anoche su primera vivienda junto a sus dos hijos y dos perros, reconoce que apenas ha dormido durante la madrugada y que ha estado continuamente atenta a las llamas. "Yendo y viniendo de la esquina de la plaza desde donde se veía el incendio a casa de mis padres", según ha explicado.

"Fue una noche de malos recuerdos. Ya de niña vi, hace unos 30 años, como ardía esta misma zona, de Barxeta a Simat. Y ahora que estaba prácticamente recuperada, toda verde y limpia, ha vuelto a quedar arrasada. Es un desastre", ha manifestado esta vecina.

Entre los habitantes de esta localidad se tiene la certeza de que las llamas no han afectado a ninguna vivienda, aunque sí a un coche, y que la labor de los efectivos de extinción fue efectiva "teniendo en cuenta lo complicado de la zona y la hora a la que se iniciaron las llamas".

"Espero que nos dejen volver pronto a nuestras casas, porque hemos dejado todo allí", ha añadido Loli Company.

Además, en Barxeta se ha instalado uno de los Puestos de Mando Avanzado (PMA) que coordinan a todos los efectivos que trabajan en la extinción, por lo que se ha convertido en paso para centenares de bomberos, brigadistas y militares, y decenas de vehículos pesados.

Al igual que en el parque de Bomberos de Ontinyent, en el PMA de Barxeta se han instalado numerosas antenas y avanzados equipos de telecomunicaciones, una imagen que contrasta con las docenas de cajones de fruta y centenares de bocadillos que también llegan constantemente a este sitio para abastecer a quienes trabajan en la zona.

En el entorno del PMA, vecinos y militares de la Unidad Militar de Emergencias comparten las sombras mientras siguen de cerca la evolución del humo, ya prácticamente inexistente, y asisten a la llegada de los efectivos que se retiran a descansar.

Uno de estos operarios, un brigadista de Tragsa, ha llegado a Barxeta llevado en volandas por sus compañeros y el tobillo izquierdo vendado a consecuencia de un golpe que se ha dado mientras trabajaba, pero, tal y como ha explicado a EFE, se encuentra bien y la herida es leve.

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