Los evacuados de Barbaño, pendientes del cielo para volver a sus casas

  • Los 600 vecinos de la población pedánea de Barbaño (Badajoz), que anoche tuvieron que abandonar sus casas ante el riesgo de inundación por la crecida del río Guadiana, viven con relativa tranquilidad su primer día fuera de sus hogares, aunque sin perder de vista al cielo y esperando una tregua para poder regresar.

Pablo Caro

Mérida, 3 abr.- Los 600 vecinos de la población pedánea de Barbaño (Badajoz), que anoche tuvieron que abandonar sus casas ante el riesgo de inundación por la crecida del río Guadiana, viven con relativa tranquilidad su primer día fuera de sus hogares, aunque sin perder de vista al cielo y esperando una tregua para poder regresar.

Aunque no es la primera vez que sufren las crecidas del río Guadiana -que algunos vecinos tienen "puerta con puerta"-, nunca antes han tenido que dejar atrás sus casas y enseres y vivir "una larga noche pensando si el agua ha entrado en casa", según ha explicado Faustina Moreno, que lleva 37 años viviendo en Barbaño.

Reconoce que ayer las autoridades ya les habían comunicado que estuviesen preparados ante esta posibilidad, pero la mayoría de los vecinos del pueblo se resistieron hasta que cerca de las diez de la noche las campanas del pueblo y la megafonía les avisaron de que tenían que abandonar el pueblo "y salir corriendo, incluso algunos con el pijama puesto", explica.

Faustina, que como otros 110 vecinos, ha decidido pasar la noche en el Pabellón Polideportivo de Montijo -población de la que depende Barbaño- recuerda que "con lo puesto y algunas medicinas" fueron trasladados a este recinto, donde se había dispuesto un dispositivo para acoger a los 600 vecinos.

Sin embargo, la mayoría de ellos ha optado por quedarse en casas de conocidos y amigos en Montijo y pueblos próximos, según ha explicado el director de Comunicación de Cruz Roja, Jesús López Santana.

Tras una noche larga, en la que pese a la tranquilidad no ha sido fácil conciliar el sueño, el día ha amanecido también lluvioso, por lo que los comentarios entre los vecinos eran pesimistas sobre la posibilidad de poder volver a sus casas en las próximas horas.

Por eso, la mayoría ha aprovechado el ofrecimiento que las autoridades han hecho para, durante una hora, regresar a sus hogares y poder coger más ropa y artículos de primera necesidad, sobre todo medicamentos, en especial las personas que están siguiendo un tratamiento y que no saben cuanto tiempo estarán fuera.

Es el caso de José Manuel Vega, un vecino de 55 años, que asegura emocionado no haber vivido nunca una situación así y que ha explicado a Efe que ha aprovechado "para meter en una bolsa ropa interior y medicinas".

Durante una hora, la entrada a Barbaño ha sido un constante "ir y venir" de vecinos provistos de maletas y grandes bolsas que se acercaban hasta sus coches, aparcados en los dos arcenes de la carretera de acceso a la pedanía donde seguía lloviendo y en donde se mezclaban con los numerosos medios de comunicación y efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil.

En los corrillos de vecinos tampoco faltaban los que recordaban otras situaciones vividas en Extremadura con las inundaciones de 1997 en Badajoz y Valverde de Leganés, donde murieron 21 y 3 personas respectivamente, aunque reconocían que en su caso se trata más de una acción preventiva.

Tras este fugaz paso por sus hogares, los vecinos han regresado al pabellón de Montijo y a las casas que les han acogido, donde seguirán mirando al cielo y esperando "con incertidumbre" el momento en el que se les autorice su regreso.

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