Los grabados de medio siglo de vida de María Bonomi, en Madrid

  • María Bonomi expone, por primera vez en Madrid, una representación de los grabados acumulados a lo largo de cincuenta años de trayectoria profesional, en una muestra en la que la artista, italiana de nacimiento y brasileña de adopción, dialoga con el espectador sobre su experiencia vital.

Madrid, 6 mar.- María Bonomi expone, por primera vez en Madrid, una representación de los grabados acumulados a lo largo de cincuenta años de trayectoria profesional, en una muestra en la que la artista, italiana de nacimiento y brasileña de adopción, dialoga con el espectador sobre su experiencia vital.

Bonomi (Meina, Italia, 1935), se estableció en Sao Paulo (Brasil) en 1946, país en el que comenzó su relación con el dibujo y el grabado y en el que fue galardonada con el Premio al Mejor Grabador en la VIII Bienal de Sao Paulo en 1965.

La exposición que se inaugura hoy en el Círculo de Bellas Artes, organizada en colaboración con la Secretaría General Latinoamericana, muestra sus grandes superficies de papel teñidas de colores fuertes en composiciones abstractas de gran efecto visual.

Adecuando la xilografía al arte actual, la artista, de 77 años, trabaja en distintos materiales como la madera o el aluminio pero siempre con el surco como gran temática central de su obra.

"El surco es un lenguaje expresivo que te permite infinitas posibilidades", ha afirmado a Efe la artista antes de la inauguración de la muestra, en cuyas obras se reflejan su carácter "ecológico".

Bonomi ha traído a Madrid "una obra de cada periodo", por lo que la exposición no se trata de una antología sino de una muestra representativa de sus piezas, entre las que la artista ha destacado su construcción de aluminio titulada "favela", una alegoría de las muchas chabolas que pueblan las zonas más pobres de Brasil.

Entre las 56 piezas que la artista expone en el Círculo de Bellas Artes se encuentra también "Balada de terror", una xilografía en la que una banda roja atraviesa y corta formas curvilíneas.

Esta obra fue realizada en 1970 por Bonomi para homenajear a una amiga a la que encarcelaron en la dictadura militar de Brasil y a la que sometieron a torturas con un ratón, según la artista.

Tras el golpe de Estado de 1964 en Brasil, numerosos intelectuales fueron encarcelados, entre ellos la propia Bonomi, y muchos se vieron obligados a exiliarse.

"Toda la historia de nuestro discurrir político está en estas obras", afirmó Bonomi, quien aseguró que sus piezas, fundamentalmente xilografías y matrices de grabado, suelen reflejar el momento político en el que fueron realizadas y que marcaron su existencia.

Bonomi es uno de los núcleos fundamentales de la sólida tradición del grabado en Brasil. Hija de padre italiano y madre brasileña, pasó a engrosar el nuevo movimiento abstracto que se gesta a finales de la década de los 50 en la ex colonia portuguesa, en cuyo seno también se incluye a Fayga Ostrower, Roberto de Lamonica, Edith Behring o Anna Letycia.

Sus piezas, realizadas para estar "en contacto con el público", según la artista, crean en torno al observador un espacio cromático de naturaleza, como la gran instalación de un rojo intenso que se puede ver en el Círculo de Bellas Artes, con la que pretende mostrar su condición de artista "ecológica" y preocupada por la sostenibilidad.

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