Los héroes de Fukushima creen que sólo cumplían su misión con ética laboral

  • Los miembros de los cuerpos de seguridad de Japón que dirigieron sobre el terreno las operaciones tras la catástrofe nuclear de Fukushima y que hoy recibirán el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011 han destacado que simplemente cumplían su misión con la ética laboral que debían.

Oviedo, 21 oct.- Los miembros de los cuerpos de seguridad de Japón que dirigieron sobre el terreno las operaciones tras la catástrofe nuclear de Fukushima y que hoy recibirán el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011 han destacado que simplemente cumplían su misión con la ética laboral que debían.

"Cumplir la misión" era el principal pensamiento que tenía el comandante de aviación Kenji Kato cuando dirigía desde un helicóptero el rociado de agua para enfriar la central siniestrada, aunque lo conjugaba con el sentimiento de que todos pudieran "regresar sanos y salvos", según ha rememorado en una rueda de prensa en Oviedo.

Kato es uno de los cinco representantes que recibirán el premio esta tarde de manos de Felipe de Borbón, a sabiendas de que "los verdaderos héroes son las víctimas mortales", como ha subrayado el superintendente de policía Masami Watanabe.

El embajador de Japón en España, Satoru Satoh, que les ha acompañado en la comparecencia ante la prensa, ha indicado que es correcto considerar a los héroes de Fukushima como unos samuráis, en el sentido de que demostraron "un alto grado de ética laboral al hacer su trabajo sin pensar en el riesgo", mientras que no le gusta para ellos el término kamikaze porque no estaban en una guerra.

Satoh ha recordado que el siniestro nuclear en Fukushima causado por un tsunami el pasado 11 de marzo fue "un accidente sin precedentes a nivel mundial" y ha subrayado que "durante la catástrofe fueron muchas las personas que tuvieron actitudes heroicas".

El embajador ha asegurado que la situación en la central "se está solventando de manera firme" y confía en que "antes de final de año se terminará de refrigerar los reactores".

Asimismo, Satoh ha aseverado que allende los treinta kilómetros alrededor de la central nuclear "no existe peligro" y que en Tokio, a más de doscientos kilómetros, los niveles de radiactividad son similares a los de las ciudades europeas, por lo que ha animado a que el turismo regrese al país nipón para contribuir a su "renacimiento".

El Gobierno de Japón ha empezado a "revisar desde cero su política energética", ha indicado el embajador, quien cree que "no sería realista excluir completamente el uso de la energía nuclear" aunque "el porcentaje de nuclear y renovables a medio y largo plazo está ahora en debate".

Los representantes de la policía, los bomberos y las fuerzas de defensa han insistido en que únicamente pensaban en cumplir su misión en aras de "conseguir la normalización", sin ni tiempo para percatarse del riesgo, como ha apuntado el subdirector de policía Yoshitsugu Oigawa, que sólo tuvo cuatro horas para incorporarse a la emergencia.

El comandante de la unidad nuclear de las fuerzas terrestres de autodefensa japonesas Shinji Iwakuma ha dicho que están "de todo corazón" agradecidos por el reconocimiento y ha afirmado que la intención es "redoblar los esfuerzos y los entrenamientos ante catástrofes" para conseguir la seguridad en el país.

"La verdad es que la situación que nosotros vimos en el interior de la central era diferente a la que habíamos visto en los entrenamientos, pero sí llegamos a la conclusión de que podíamos realizar nuestra misión de forma segura", ha relatado el jefe de bomberos Toyohiko Tomioka.

Watanabe, quien fue el último en abandonar la zona tras dirigir la evacuación de 73.000 personas, ha resaltado que sienten "gran satisfacción" por el trabajo que realizaron, pero que no es un sentimiento "al cien por cien" al recordar a los damnificados y a los más de 3.000 muertos o desaparecidos, entre ellos tres de sus subordinados.

Ni siquiera se despidió de su esposa al dirigirse a Fukushima para ponerse al frente de las tareas de evacuación.

"No hubo necesidad de ninguna palabra concreta, yo salí y mi mujer comprendió que iba a cumplir mi misión", ha narrado Watanabe.

Mostrar comentarios