Los hosteleros, sobre 'Pesadilla en la cocina': "Parece una película de Almodóvar"

    • Temen que del programa se extraiga una imagen negativa de su sector
    • Admiten que puede haber algún "garbanzo negro" dentro de los 85.000 restaurantes que hay España

El chef Alberto Chicote bate récord con su peor 'Pesadilla en la cocina'
El chef Alberto Chicote bate récord con su peor 'Pesadilla en la cocina'

Cocinas llenas de grasa, broncas entre empleados que se oyen por todo el restaurante, alimentos pasados o incluso podridos, trabajadores que se dedican a beber para arreglar sus problemas... Éstas son algunas de las imágenes que nos ha regalado el programa 'Pesadilla en la cocina' con el que Alberto Chicote bate récords de audiencia semana tras semana.

El morbo de conocer las entrañas de un restaurante, de descubrir sus trapos sucios (literalmente) y disfrutar de un chef que no tiene pelos en la lengua, son algunas de las claves del éxito del formato. Sin embargo, la representación que éste ofrece de nuestros bares y restaurantes, según los hosteleros, dista mucho de la realidad.

"Uno de los programas que vi eran tres socios que se insultaban delante de los clientes. Ocurrían cosas que parecían sacadas de una película de Almodóvar", apunta Emilio Gallego, presidente de la Federación Española de Hostelería y Restauración. "Todos vamos a establecimientos de hostelería y esto yo no lo había visto nunca. Creo que hay que rebuscar mucho para encontrar los casos con los que han hecho la serie".

Sin embargo, el presidente admite que existen "excepciones" dentro de los 85.000 restaurantes que hay en nuestro país. "Puede haber algún garbanzo negro pero es lastimoso que podamos sufrir algún impacto en ese sentido. Se merecen todos los castigos y el más importante es que el público no vaya a esos establecimientos", afirma.

Pese a ello, el presidente, que admite que sólo ha visto un capítulo de los protagonizados por el chef Chicote, teme que el programa pueda ofrecer una imagen equivocada de la hostelería. "Es un formato como son todos los realities, un poco alarmista", asegura, "no nos gustaría que de esa excepción, de lo absolutamente anecdótico, pueda trascender una sensación negativa hacia el sector".

Uno de los aspectos más comentados en redes sociales en relación al formato ha sido el de la higiene y el estado de los alimentos. "Chicote semana tras semana nos confirma que donde mejor vamos a comer y cenar es en casa"; "Profesión con futuro en España: inspector de sanidad. Con Pesadilla en la cocina ves que no hay suficientes. De hecho no debe haber ninguno...", son algunos de los comentarios que se podían leer en Twitter.

Los hosteleros se defienden: "En España tenemos una reglamentación sobre seguridad alimentaria, sanidad, instalaciones, formación del personal, que es de las más rigurosas del mundo. Estamos en el entorno de la UE y sus normas son estrictas y garantistas de la higiene y de la salubridad", asegura Gallego.

En nuestro país la encargada de garantizar al seguridad alimentaria es la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad y Política Social que fue creado en 2001. "Somos más de 45 millones de habitantes y además recibimos casi 60 millones de turistas todos los año. El nivel de incidencia con respecto a los niveles de seguridad alimentaria es prácticamente ínfimo", asegura Gallego.

"Tenemos unas altísimas temperaturas que no ayudan nada, unos horarios muy amplios en nuestros establecimientos y a pesar de todo ello las condiciones generales de garantía y salubridad son tan o más estrictas que la mayoría de los países de nuestro entorno".

Los establecimientos hosteleros son sometidos a inspecciones en distintos planos: sanitario, consumo, laboral, de hacienda... Cualquiera de esos supervisores tiene capacidad para acudir en cualquier momento al lugar y revisar todos sus recovecos. "Es lo que permite la eficacia de las inspecciones, que no sabemos cuál es el punto que van a tocar cada año, ni la frecuencia de visitas", asegura el presidente de la Federación. "Si tuvieramos el más mínimo atisbo de cuál es su pauta de funcionamiento no quiero decir que los establecimientos sólo se fregarían ese día, pero forma parte de los procedimientos de inspección que sean absolutamente por sorpresa."

En este sentido, el hostelero aplaude la "nueva ola" de restaurantes que, por ejemplo, comienzan a mostrar sus fogones al público con espacios abiertos y acristalados: "La cocina ha dejado de ser ese lugar recóndito, escondido del establecimiento que no se enseña porque 'no vaya a ser que me copie'", explica. "Yo estoy seguro que son aquellos establecimientos de calidad, que saben hacer las cosas bien, los que al final se defienden en el mercado incluso en situaciones tan complicadas como las que estamos atravesando ahora mismo".

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