Los jóvenes de Malasia prueban el speed dating islámico

  • Siti Aisha, una musulmana con el cabello oculto bajo un velo rosa, llega acompañada de sus padres en busca de pareja a una sesión de "speed dating" islámico en Malasia. Como ella, cientos de jóvenes prueban los encuentros rápidos "halal".

En un restaurante de Kuala Lumpur, capital de este pequeño país del sudeste asiático de mayoría musulmana, Siti conversa tímidamente con un hombre durante unos minutos ante la atenta mirada de sus padres hasta que una campana invita a los hombres a cambiar de mesa para hablar con otra mujer, quizá su futura esposa.

La mayoría de las mujeres lucen blusa de manga larga, falda y velo mientras que los hombres visten al más puro estilo occidental.

Los participantes llevan un número prendido en la camisa, sin nombre. Algunos toman notas.

"Estoy aquí para encontrar a alguien para casarme porque estoy demasiado liada para conocer a alguien (de otra manera), paso todo el tiempo libre con mi familia", confiesa Siti durante una pausa, mientras sus padres comparan con impaciencia las notas sobre los maridos potenciales.

Más de 2.000 personas se inscribieron para participar el pasado fin de semana en este encuentro, el segundo de este tipo en la ciudad. Se llama "Speed dating Halal", término que designa todo lo que no prohíbe la sharia o ley islámica.

Al contrario de las sesiones de speed dating en Occidente, concebidas en plan seducción, en la versión islámica se supone que las parejas se casarán si todas las partes, incluidos los padres, se ponen de acuerdo. Las mujeres deben estar acompañadas por un familiar varón.

En Malasia, donde durante mucho tiempo se practicó una forma moderada del islam, el conservadurismo tiene el viento a favor.

Estas sesiones de speed dating son una alternativa a los portales de encuentro y contactos por internet o a las aplicaciones para teléfonos móviles que muchos malasios consideran adaptados sólo a los países occidentales.

Los musulmanes malasios se exponen a penas de cárcel por el delito de "khalwat", que significa estar solo con un miembro del sexo opuesto que no sea su cónyuge o un familiar.

Para conocer a una joven, "un hombre digno de este nombre acostumbra a pedir antes permiso al padre de la mujer", explica Zuhri Yuhri, cofundador de Speed dating Halal. "Fue así durante miles de años".

Zuhri y su mujer se conocieron en 2012 durante una iniciativa parecida y tienen un hijo. Pero él quiso hacer algo más adaptado a los principios del islam. Por eso Speed dating Halal promete una seducción islámica de "manera digna", exigiendo que todas las mujeres estén acompañadas y que los participantes tengan como objetivo casarse.

Un encuentro organizado en mayo desembocó en 14 matrimonios.

Ante el éxito logrado, Zurih espera organizar el próximo en un lugar con capacidad para hasta 500 parejas.

Varias mujeres que participaron en la última sesión confesaron haber tenido dificultades para encontrar pareja a través de las agencias tradicionales, los portales de internet o dejándolo simplemente en manos del azar.

"La selección no era bastante variada", explica una joven acompañada por su hermano que reconoce haber recurrido antes a internet en busca de pareja.

El padre de Siti, Jamali Kamarudin, confirma que ellos también probaron otros métodos, que "no dieron mucho resultado".

"Es nuestra primera vez" con el Speed dating Halal, dijo. "Esperamos que funcione. Hay que tener una mente abierta".

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