Los océanos representan la séptima economía mundial, según wwf


El valor anual de la producción de bienes y servicios de los océanos de todo el mundo equivale a 2,5 billones de dólares, cuando el PIB de España está valorado en 1,39 billones de dólares, lo que supondría que los mares representan la séptima economía mundial, según un informe de la organización ecologista WWF.
El informe, titulado ‘Reviviendo la economía del océano: la necesidad de actuar en 2015’ y elaborado en colaboración con el Instituto de Cambio Global de la Universidad de Queensland y The Boston Consulting Group (BCG), es la revisión más completa hasta la fecha del valor de los activos del océano, según informó hoy WWF.
El estudio señala que el valor económico total de las riquezas del océano ascienden a al menos 24 billones de dólares (unos 22,4 millones de euros), aunque apunta que sus recursos están degradándose muy deprisa.
En este sentido, revela la inmensa riqueza del océano a través de la valoración de sus bienes y servicios (desde las pesquerías a la protección costera frente a tormentas), pero también describe el “implacable asalto” a sus recursos por la sobreexplotación, el mal uso y el cambio climático.
“La riqueza del océano rivaliza con la de los países más prósperos, pero estamos dejando que se hunda hacia los abismos de una economía fallida”, dijo el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini, quien añadió que, “como accionistas responsables, no podemos seguir explotando los valiosos activos del océano sin invertir en su futuro”.
Según el informe, más de dos terceras partes del valor anual que ofrece el océano dependen de la salud de sus ecosistemas. El colapso de las pesquerías, la destrucción de los manglares o la desaparición de corales y praderas submarinas son algunos de los factores que están amenazando el motor económico marino del que dependen las vidas de millones de personas en todo el mundo.
“Ser capaces de cuantificar tanto el valor anual como el valor total de los activos de los océanos nos muestra lo que está en juego con números claros, tanto desde el punto de vista económico como ambiental. Esperamos que esto sirva como llamada de atención para que los líderes económicos y políticos realicen decisiones más sabias cuando se trata de moldear el futuro de nuestra economía oceánica común”, aseguró Douglas Beal, socio y director ejecutivo en The Boston Consulting Group.
SOLUCIONES
La investigación demuestra que el océano está cambiando más rápido ahora que en cualquier otro momento en millones de años. Al mismo tiempo, el aumento de la población humana y nuestra dependencia en la salud de los mares convierte la restauración de la economía oceánica en un asunto de máxima prioridad global.
“El océano nunca ha estado tan amenazado. Estamos pescando demasiados peces, vertiendo demasiados contaminantes, aumentando la temperatura y la acidez hasta un punto en el que sistemas naturales esenciales simplemente dejarán de funcionar”, apuntó Ove Hoegh-Guldberg, coordinador del informe y director del Instituto de Cambio Global de la Universidad de Queensland.
El cambio climático es una causa fundamental de la merma en la salud de los océanos. Según el informe, al actual ritmo de calentamiento los arrecifes de coral (que dan alimentos, empleo y protegen de las tormentas a cientos de millones de personas) habrán desaparecido completamente en 2050 y que no sólo se trata de la temperatura, ya que el océano tardará cientos de generaciones humanas en revertir el aumento de la acidez provocada por el cambio climático.
La sobreexplotación es otra de las grandes causas del declive del océano, con el 90% de los caladeros mundiales sobreexplotados o plenamente explotados. Por ejemplo, la población de atún rojo del Pacífico ha sufrido un declive del 96%.
A pesar de ello, el estudio incluye un plan de acción de ocho puntos que restauraría los recursos del océano en todo su potencial, como incluir la recuperación del océano en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, actuar globalmente frente al cambio climático y cumplir los compromisos de protección de áreas marítimas y costeras.
“El océano nos alimenta, nos da trabajo y sostiene nuestra salud y bienestar, pero estamos dejando que colapse ante nuestros ojos. Si las historias del día a día sobre el declive del océano no inspiran a nuestros líderes, quizá un claro análisis económico lo consiga. Tenemos mucho trabajo que hacer para proteger el océano, empezando con compromisos globales reales en clima y desarrollo sostenible”, declaró Lambertini.

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