Los periodistas parlamentarios coronan a rubalcaba como mejor orador y a rajoy como “castigo para la prensa”


La Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) certificó anoche que el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, es el hombre del momento otorgándole el premio al mejor orador del año en la gala en que entregó sus tradicionales galardones. El presidente del PP, Mariano Rajoy, también fue reconocido, pero con el dudoso honor de ser el mayor “Castigo para la prensa”.
Aunque no hay por qué suponer que los premios de la APP sean a las elecciones lo que los Globos de Oro son a los Oscar, Rubalcaba batió al propio Rajoy en la lucha por el galardón al mejor orador del año, al que también estaban nominados los portavoces de ERC y CC en el Congreso de los Diputados, Joan Ridao y Ana Oramas, respectivamente.
El vicepresidente protagonizó el guión y los vídeos de la gala y el sugestivo discurso con que la cerró el presidente de la Cámara Baja, José Bono, aludiendo a la sucesión en el PSOE y que acaparó todos los comentarios en la fiesta subsiguiente.
Bono eclipsó las intervenciones anteriores, incluida la del propio Rubalcaba, definiéndole como el mejor político que ha conocido y arrojando dudas sobre un supuesto comentario del ministro de Fomento, José Blanco, de que el vicepresidente es “la liebre”socialista, es decir, el señuelo pero no el candidato al triunfo.
Culminó sus elogios asegurando que los periodistas aún no saben el poder que tiene el número dos del Ejecutivo, con quien Bono estuvo un rato hablando en privado en los momentos previos a la cena.
El presidente de la Cámara Baja recordó también que Rubalcaba le apoyó a él en el Congreso Federal del PSOE que le ganó por nueve votos José Luis Rodríguez Zapatero, y de paso lanzó una invectiva contra otro dirigente socialista, que, cuando el vicepresidente reconoció “hemos perdido”, le replicó: “Habréis perdido vosotros”. “No diré quién fue, sólo diré que es ministro”, remató sibilinamente Bono.
Otro premiado que recibió cálidos elogios de él fue el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, reconocido como “Azote del Gobierno” y a quien Bono caracterizó como un ejemplo de honestidad, hasta el punto de que trabaja para que otro se lleve los réditos, en alusión al coordinador federal de IU, Cayo Lara, del que el presidente del Congreso aseguró que no podía “decir lo mismo” que de Llamazares. Para mayor oprobio, Lara estaba presente en la gala por si tenía que recoger en nombre de Willy Meyer el premio al mejor eurodiputado, que finalmente recayó en Raúl Romeva, de ICV.
SÓLO DOS MOMENTOS AFORTUNADOS
El galardón opuesto al que recibió Rajoy (que no acudió a la gala), el de mejor relación con la prensa, lo obtuvo la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, que también se ganó a los asistentes con un discurso en el que citó la noche de ayer como “el segundo momento” en el que ha tenido suerte durante su desempeño. El otro, dijo, fue ganar la Agencia Tributaria el Gordo del Niño en enero, al resultar premiado uno de los boletos devueltos.
La única triunfadora del Partido Popular fue su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien recibió exaequo con el diputado de CiU Josep Sánchez Llibre el premio al parlamentario más activo.
A pesar de las diferencias ideológicas, Bono reconoció que Sáenz de Santamaría ha sido la política a la que más ha “visto crecer” en la presente legislatura. La portavoz popular comentó el premio con Rubalcaba, sentado inmediatamente a su derecha en una mesa en la que también cenó el propio presidente de la Cámara Baja.
Por su parte, el diputado de ERC Joan Tardà mereció dos galardones: “Azote de la oposición” y mejor pregunta parlamentaria, por una en la que se interesó por si figuraba entre los objetivos del Ejército español el traslado de los militares a comuniones, bodas y bautizos.
Tardà hizo reír a los asistentes ironizando sobre la eterna actitud opositora de ERC, incluso cuando ha estado en el Gobierno catalán, y sobre la querencia de esta formación por preguntar en las Cortes sobre temas relativos al Ejército y a la Casa Real. Bono no perdonó ni siquiera a ésta en su suculento discurso final, al revelar que el Rey le previno contra Tardà cuando tomó posesión de la presidencia de la Cámara Baja y también protestó cuando el diputado de ERC proclamó “muera el Borbón” en el último aniversario de la Constitución. Bono se jactó de haber logrado que Tardà matizara que sólo había verbalizado una proclama republicana y que para nada quería ver muerto al monarca; esto le permitió tranquilizar a Juan Carlos I explicándole que el diputado de ERC le deseaba “larga vida”.
Otros premiados fueron Pedro Sánchez (PSOE) como diputado revelación, el ex ministro del Interior Ángel Acebes (PP) como “desconocido en el Parlamento”, Carles Bonet (ERC) como senador del año y Xosé Manuel Pérez Bouza (BNG) como senador revelación.
Bono desdeñó con gracia a la Cámara Alta cuando, después de su discurso lleno de referencias llamativas, dijo que le habían pasado un papel para que también dijera algo del Senado y solucionó el envite limitándose a definirla como “una Cámara muy importante”.

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