Los coches patrulla comprados por el Ayuntamiento de Madrid no terminan de satisfacer a los policías que los usan. Éstos han detectado varios defectos y algunos de ellos muy graves, como el hecho de que el volumen de las sirenas es muy bajo. "Las señales acústicas apenas se escuchan y esto supone un enorme riesgo para la integridad física tanto de los viandantes como de los propios ocupantes de los vehículos policiales y del resto de automóviles y motos que hay en las calles", aseguran desde la Asociación de Policía Municipal Unificada, organización que junto al sindicato CSIT está elaborando un listado con fallos de funcionamiento de los coches.
De toda la retahíla de defectos que los agentes están recopilando, el más destacado sería el de las sirenas, sobre todo por las consecuencias que puede tener, ya que durante una urgencia los coches tienen que hacerse ver. "Si la gente no nos ve, podemos provocar un accidente", subrayan desde APMU, asociación que recuerda cómo los vehículos viejos sí contaban con dos botones que marcaban sendos niveles de volumen diferentes.
"Un botón era para que la sirena sonara más fuerte y se ponía cuando había una urgencia de día; el otro tenía un nivel de sonido más débil y generalmente lo utilizábamos por la noche", añaden desde la organización policial, que también han denunciado –en el listado que están aún elaborando– que algunos vehículos son pequeños y no permiten que los funcionarios más altos quepan adecuadamente, ya que la mampara que separa la zona de delincuentes de la de los agentes impide echar el asiento para atrás.
El Ayuntamiento de Madrid presentó el pasado junio 274 nuevos vehículos y 84 motos en lo que supone una renovación de un tercio del parque móvil de la Policía Municipal de la capital de España.Durante su puesta de largo ante la opinión pública, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el delegado de Seguridad del consistorio, Enrique Núñez, destacaron que 40 unidades de los 75 modelos Renault Scenic incorporaban un rotativo luminoso que aportaba más visibilidad y, por lo tanto, seguridad.
El escaso sonido que caracteriza a las señales acústicas, por lo tanto, iría en sentido contrario, ya que –como destacan desde APMU– no ayuda a que los ciudadanos detecten que se acerca un vehículo policial a gran velocidad que se dirige a atender una necesidad apremiante.
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