Los profesores españoles rozan el notable en prestigio social


Los profesores españoles gozan hoy en día de casi el mismo prestigio social que en 1991, cuando los ciudadanos otorgaban a su profesión 70,2 puntos sobre 100. En la actualidad son cuatro puntos menos, según evidencia una encuesta de la Fundación Europea de Sociedad y Educación, presentada este jueves en Madrid.
El trabajo, elaborado el año pasado mediante entrevistas a un total de 807 ciudadanos de entre 18 y 75 años, cuenta con la colaboración de la Fundación Botín y sitúa el prestigio social de los docentes por debajo del de médicos, ingenieros o arquitectos y en un nivel similar al de jueces y abogados.
En concreto, el informe señala que el prestigio medio de los profesores de Primaria y Secundaria es de 68,2 y 68,4 puntos, respecctivamente, frente a los 70,2 y 66,2 alcanzados en 1991.
Esto supone que los docentes no universitarios españoles tienen un nivel medio alto en el ranking del centenar de profesiones con las que se han comparado, explicó en rueda de prensa Juan Carlos Rodríguez, profesor de Sociología de la Universidad Complutense.
ALTA AUTOESTIMA
Con estos datos sobre la mesa, el profesor Rodríguez destacó la falta de coincidencia entre el prestigio real concedido por la ciudadanía a maestros y profesores y el que ellos mismos consideran que les otorga la sociedad, más bajo, a su parecer.
De esta forma, detalló el sociólogo, los enseñantes creen que sus conciudadanos les conceden 2,7 puntos sobre cinco, cuando, en su opinión, deberían otorgarles 4,5 y cuando los datos indican que les dan 3,7.
A este respecto, Víctor Pérez-Díaz, presidente de Analistas Socio-Políticos y doctor en Sociología por Harvard y la Universidad Complutense, dijo que los profesores españoles tienen quizá un poco de "narcisismo" y una "alta estima" de sí mismos.
Sea como fuere, los criterios más tenidos en cuenta por los ciudadanos a la hora de valorar el prestigio de los docentes se refieren al grado de responsabilidad que asumen (93,5%), a su competencia profesional (92,2%) y a la contribución que hacen a la sociedad (88,8%).
En cuanto a los agentes que más influyen en el mayor o menor prestigio de los profesores, figuran los padres y los políticos, seguidos por los propios docentes y por los alumnos.
El estudio pone también de manifiesto que los encuestados están en general satisfechos con el nivel de preparación de los docentes, a quienes atribuyen un alto grado de vocación. Así, en una escala de 0 a 10, califican con un 7,22 la preparación de los maestros de Primaria, y con un 6,98, la de los de Secundaria. Además, un 80,3% de ellos cren que en la decisión de dedicarse a la enseñanza pesa mucho la vocación.
Pese a esto, los entrevistados creen, en buena proporción, que para mejorar el prestigio de los maestros y profesores habría que mejorar también su formación inicial y permanente, además de ser más exigentes en su selección.
Igualmente, consideran que sería positivo otorgarles mayor autonomía profesional y autoridad y dotarles de más medios materiales para desarrollar su profesión.
Tanto el profesor Rodríguez como Pérez-Díaz forman parte del elenco de 15 expertos universitarios encargados de analizar los datos de la encuesta promovida por la Fundación Europea de Sociedad y Educación, con la colaboración de la Fundación Botín.

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