Los turcos lloran a sus militares "mártires"

  • Una escena se repite desde hace un mes en Turquía: llega el féretro de un militar cubierto por la bandera nacional y escoltado por soldados, mientras la familia llora a su "mártir" ante las cámaras de televisión, que no pierden detalle.

Más de 60 miembros de las fuerzas de seguridad turcas perdieron la vida en combates con los rebeldes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que responden a "la guerra contra el terrorismo" lanzada por Ankara a finales de julio.

Es el mayor número de bajas para Turquía desde el alto el fuego firmado entre el PKK y Ankara en 2013.

Entonces para ganarse a la opinión pública y suscitar patriotismo en el país, los funerales son retransmitidos por todas las cadenas de televisión.

Una difusión fomentada por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista conservador en el poder desde 2002) de cara a las nuevas elecciones legislativas de noviembre, en las que espera obtener la mayoría absoluta.

"Que alegría para su familia" que el joven soldado haya muerto como "mártir", declaró recientemente el presidente islamista Recep Tayyip Erdogan en un funeral, unas palabras que le valieron la reprobación de sus opositores.

"Esta tierra, ganada con la sangre de los mártires, tendrá todavía más mártires", dijo refiriéndose a la batalla de Galípoli o de los Dardanelos de hace cien años.

El país está dispuesto a "sacrificar a sus hijos" por el éxito de la ofensiva militar, había declarado el primer ministro, Ahmet Davutoglu, en una escalada patriótica que se ha contagiado incluso al deporte.

Los jugadores de un equipo de primera división, Trabzonspor, hicieron el saludo militar la semana pasada en el vestuario y los del Besiktas de Estambul pisaron el césped con camisetas en las que se leía: "Los mártires no mueren".

Después de un minuto de silencio, el público, preso de la histeria, gritaba: "Los mártires no mueren, el país no se dividirá".

Pero los familiares de los fallecidos cuestionan el objetivo de esta ofensiva militar y arremeten cada vez más contra los ministros durante los funerales.

La ruptura entre ministros del AKP y los parientes de las víctimas llegó a su paroxismo cuando el ministro de Energía Taner Yildiz declaró la semana pasada querer "morir como mártir".

"Los que dicen 'quiero morir como mártir' cuando se pasean por los palacios con 30 guardaespaldas, no tienen más que ir allí", al frente, le respondió la semana pasada el teniente coronel Mehmet Alkan en el entierro de su hermano, un capitán del ejército.

"¿Quién es su asesino? ¿Cuál es la causa de su muerte? (...) ¿Qué pasó para que los que ayer todavía hablaban de una solución (con el PKK) sólo tengan hoy en la boca la palabra guerra?", añadió el teniente coronel, contra quien el ejército abrió una investigación.

"La gente se pregunta si realmente (estos jóvenes) están allí para luchar contra un enemigo o sólo son carne de cañón en un juego político", explica a la AFP Halil Ibrahim Bahar, un experto en seguridad.

"Ningún padre puede alegrarse de que su hijo se convierta en 'mártir'", declara el presidente de la asociación de las familias de los 'mártires'", Mehmet Guner.

Los familiares tienen la sensación -explica- de que estos jóvenes son títeres "en manos de políticos que empiezan o terminan una guerra con una frase".

Mehmet Güner está convencido de que si los hijos de los políticos estuvieran en el frente sus padres "harían todo lo posible para detener la violencia".

Y es que se plantea el origen social de los "mártires": muchos de los soldados muertos proceden de un medio humilde y sus familias carecen de los medios para pagar las 18.000 libras turcas (5.500 euros) que les evitaría el servicio militar obligatorio.

"En esta guerra, los ricos no mueren", resume amargado.

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