Los vinos franceses saben a Sudáfrica

  • La montaña Franschoek, en Ciudad del Cabo, da refugio a los mejores caldos franceses.
Sara Acosta

En este otro Chamonix sí hay vinos. Y tienen sabor español. Lejos de la vieja Europa, casi en el rincón más septentrional de Sudáfrica, se esconde la única región vitivinícola de sabor mediterráneo capaz de competir con los mejores caldos franceses, italianos y españoles. Es Franschoek, literalmente el “rincón francés” que Holanda regaló a los refugiados galos calvinistas que huyeron de su país en el siglo XVII escapando de los protestantes.

Ellos introdujeron en estas laderas los conocimientos para cultivar la vid. El resultado, tres siglos después, es una de las regiones más pujantes del mundo en la producción de Sauvignon blanc, Pinot noir, Merlot, Shiraz y Chardonnay.

La casa Chamonix es una de las más antiguas de la zona. Su propietario, el alemán Mike Pickering, se enamoró de la montaña francesa homónima y regó su granja con caldos de sabor galo. Todo aquí recuerda a una postal de viñedo francés, si no fuera por el acento afrikaans y por la montaña que da refugio al valle. Esta inmensa mole de granito cierra casi un círculo perfecto alrededor de los viñedos.  Chamonix eligió producir aquí por la calidad de su suelo. Los 400 metros que la elevan por encima del mar “crea un microclima idóneo para el Pinot noir”, explica Werner Muller, enólogo de la casa.

Con 50 hectáreas de tierra para el vino y una producción de 250.000 botellas anuales, Chamonix compite con el Sauvignon galo. Barrica francesa, modo tradicional de cultivo y formación en Europa de sus profesionales. “Soy un apasionado de Francia y de sus caldos”, explica Muller. Como él, los enólogos de este rincón sudafricano viajan varias veces al año a Francia, Italia y España para empaparse del modo de cultivo europeo.

Llega la hora de la cata. “Troika”, un tinto reserva de 2007, tiene cuerpo español. “Este clima favorece la producción de vinos de carácter español. Muchos productores de esta región viajan a España, e incluso alguno tiene terrenos en la comarca del Priorat”, aclara Muller.

Cuando se le pregunta por la pujanza de los vinos del nuevo mundo, entre los que el Viejo Continente incluye a Sudáfrica, Muller reconoce la fuerza de Chile y de California, pero tuerce el gesto ante el impulso australiano. “Son vinos baratos, nosotros apostamos por la calidad”.

Mostrar comentarios