Marineros de labios flúo y amantes del 'pole dancing' dan la vuelta al mundo

  • Una mujer de 68 años apasionada por el 'pole-dancing' y un marinero sordo cuyos compañeros de tripulación utilizan bálsamo labial fluorescente llegan a Rio de Janeiro esta semana al finalizar la primera etapa de la vuelta al mundo de la regata Clipper.

Aunque la maratón de 40.000 millas náuticas se realiza en su gran mayoría con tripulaciones amateurs, los navegantes enfrentan los mismos peligros en mar abierto que los profesionales, y un ritmo igual de agotador de cambio de velas y guardias con poco sueño.

La edición de este año tuvo un comienzo trágico cuando el paramédico británico Andrew Ashman, de 49 años, fue golpeado de forma accidental y murió durante una maniobra en su barco de 21,3 metros, el "IchorCoal", mientras navegaba frente a la costa de Portugal en ruta hacia Brasil.

Fue la primera fatalidad de la carrera, y puso en relieve los peligros de una regata que transforma a los novatos en experimentados marineros.

Los cerca de 260 tripulantes de 12 veleros idénticos -cada uno dirigido por un capitán profesional- han ido llegando durante la semana a las aguas de Rio, después de un mes de dura travesía desde que salieron de Londres.

Entre aplausos y lágrimas sentidas arribó este viernes el "IchorCoal" a la Marina da Gloria, base de las competiciones de vela en los Juegos Olímpicos del próximo año.

Los 22 miembros de la tripulación se alinearon en la cubierta de la nave, mientras el sol se hacía sitio en el cielo brumoso de la costa brasileña. Todos llevaban brazaletes negros para recordar a Ashman, cuya muerte sigue siendo investigada.

Compañeros de otros barcos y amigos hacían sonar sus cornos para dar la bienvenida al barco tras una travesía amarga, que los tripulantes decidieron continuar después de largas horas de conversaciones.

Marineros de todos los ámbitos sociales pueden participar en esta regata, siempre que paguen la tarifa de más de 75.000 dólares para dar la vuelta al mundo completa, o 15.000 si quieren competir en una de las ocho etapas. Los precios incluyen, además, un entrenamiento intensivo.

Una de las participantes más originales es Linda McDavitt, que se inscribió para la regata completa y cumplirá 69 años antes de que acabe.

Con tan sólo 52 kilos de peso, y la más mayor con diferencia de los 22 tripulantes del "ClipperTelmed+", McDavitt celebró el paso por el Ecuador rapándose el cabello.

Esta jubilada de Texas se aseguró llegar en plena forma a la regata gracias a un original entrenamiento.

"Un amiga me llevó a hacer 'pole-dance'. Me dijo que era buenísimo para la parte superior del cuerpo", contó riendo a su llegada.

"No me interesaba la parte seductora, ¡sólo me concentraba en no caerme de la barra!", añadió.

Otro marinero que se embarcó también en una lucha contra sus límites es Gavin Reid, un tripulante de 27 años del "Mission Performance".

Sordo de nacimiento, Reid lleva un audífono que tolera el agua en un oído y protege el otro en la cubierta. Pero para ayudarle a leer los labios durante las operaciones en alta mar o en otros movimientos peligrosos en la noche, su compañeros tuvieron una idea: pintarse los labios con un bálsamo labial fluorescente que brilla en la oscuridad.

"Fue idea de la tripulación. Sólo con ver los labios moverse un poco ya ayuda mucho", explicó.

sms/lbc-rs/ol

Mostrar comentarios