México despide al fotoperiodista asesinado y clama contra impunidad

  • Familiares, amigos y colegas despedían este lunes al reportero gráfico Rubén Espinosa, asesinado el viernes junto a cuatro mujeres en Ciudad de México, mientras el gremio periodístico exige que se aclare el móvil del crimen y clama contra la impunidad en los ataques contra la prensa mexicana.

El cuerpo sin vida del fotoperiodista de 31 años era velado al mediodía en una funeraria de la capital mexicana, donde medio centenar de allegados e incluso su perro 'Cosmos' se dieron cita para darle el último adiós.

Patricia, hermana de Rubén, tomó la palabra durante una misa de cuerpo presente. Leyó un capítulo bíblico sobre la muerte "prematura" y resaltó cómo su hermano en "poco tiempo maduró".

Espinosa, quien trabajaba para AVC Noticias de Veracruz (este) y era corresponsal de la prestigiada revista Proceso y de la agencia Cuartoscuro, fue asesinado de un balazo en la cabeza en una vivienda de un barrio de clase media de la capital.

Junto con él fueron ultimadas cuatro mujeres, una de ellas empleada del servicio doméstico, una joven que se presume es colombiana y dos mexicanas, una de ellas identificada como la activista de derechos humanos Nadia Vera.

El fotoperiodista trabajaba hasta hace dos meses en Xalapa, capital del estado de Veracruz, considerado el más violento de México para ejercer el periodismo.

Varias agresiones, entre ellas una golpiza propinada por policías estatales en 2013 y recientes actos intimidatorios, lo empujaron a refugiarse en Ciudad de México desde principios de junio.

Tras un mutismo de más de 24 horas, el fiscal de Ciudad de México desató el enojo entre el gremio periodístico al presentar el domingo un informe que afirma que Espinosa estaba en la capital en busca de "nuevas oportunidades" y desliza el robo como posible móvil del crimen.

"Es una gran irresponsabilidad, una incongruencia increíble. Descartó todos los elementos que le dimos sobre las amenazas que había recibido en Veracruz", dijo a la AFP una vocera de la organización Artículo 19, que asistió a Espinosa en su traslado a la capital.

Rafael Rodríguez Castañeda, director de la revista Proceso, también se declaró "preocupado" en declaraciones a la emisora Fórmula por este "punto de partida no correcto" en las investigaciones que lleva la fiscalía de la capital.

Añadió que el joven decidió viajar a Ciudad de México a principios de junio "porque se sentía francamente acosado, seguido por gente desconocida, que no podía soportar más".

Otro fotoperiodista de Veracruz, también desplazado, denunció bajo el anonimato a la AFP durante el funeral de su amigo y colega que en su estado "hay mucha presión por parte del gobierno".

Javier Duarte, gobernador de Veracruz y señalado de orquestar amenazas contra periodistas, era blanco de fuertes críticas en las redes sociales, mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que tiene un registro de 15 agresiones a reporteros durante su mandato.

Según Proceso, la más reciente amenaza de Duarte ocurrió en junio, cuando en una reunión con periodistas habría lanzado: "Pórtense bien, todos sabemos quiénes andan en malos pasos".

Medios de prensa reproducen en particular una imagen captada por Espinosa, portada de Proceso en febrero de 2014, en la que se observa a Duarte de perfil y con una gorra en la que se lee "gobernador" y una insignia policial. A un lado, el semanario titula: "Veracruz, estado sin ley".

"Esa portada lastimó mucho, de hecho la compraron a granel", relató Espinosa en una entrevista con el sitio informativo Sin Embargo, justo cuando decidió autoexiliarse en la capital.

Duarte reaccionó al asesinato de Espinosa con un breve comunicado en el que lamentó el "aberrante" multihomicidio y expresó su confianza en que pronto sea esclarecido.

México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, con constantes amenazas del crimen organizado y algunas veces de autoridades.

Según la organización Reporteros Sin Fronteras, suman más de 80 comunicadores muertos y 17 desaparecidos en México desde 2000. Tan sólo en Veracruz, 13 reporteros han sido asesinados desde 2010, cuando inició el gobierno de Duarte.

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