Miles de fieles en la Bajada del Ángel en Peñafiel y Aranda de Duero

  • Aranda de Duero/Peñafiel.- Miles de personas han seguido hoy, como es tradicional el Domingo de Resurrección en las localidades ribereñas de Aranda de Duero (Burgos) y Peñafiel (Valladolid, la centenaria costumbre de la Bajada del Ángel, protagonizada en esta ocasión por dos niños.

Miles de fieles en la Bajada del Ángel en Peñafiel y Aranda de Duero
Miles de fieles en la Bajada del Ángel en Peñafiel y Aranda de Duero

Aranda de Duero/Peñafiel.- Miles de personas han seguido hoy, como es tradicional el Domingo de Resurrección en las localidades ribereñas de Aranda de Duero (Burgos) y Peñafiel (Valladolid, la centenaria costumbre de la Bajada del Ángel, protagonizada en esta ocasión por dos niños.

Más de 2.000 personas han revivido esta experiencia en la plaza del Coso de la localidad vallisoletana de Peñafiel, donde Mario Lubiano, de 9 años, ha interpretado al ángel que desciende en un globo de tela desde una torre situada en la plaza hasta llegar sobre la Virgen María para retirarle el velo que cubre su rostro.

Este momento simboliza el momento de la resurrección de Cristo en una ceremonia que, según ha explicado el alcalde de Peñafiel, Félix Martín, en declaraciones a Efe, se celebra desde el siglo XIX, aunque su origen no está claro.

Anteriormente, la imagen de la Virgen ha partido de la iglesia de Santa María portada a hombros por cuatro hombres y acompañada por las autoridades municipales, representantes de las cuatro cofradías peñafielenses, la banda municipal de música y la de cornetas y tambores "Sagrada lanzada" de Valladolid hasta la plaza del Coso.

Una vez que la Virgen se ha colocado en el centro de la plaza, el ángel ha salido del globo ataviado con un hábito blanco, ha soltado dos palomas que sujetaba en sus manos y ha descendido hasta retirar el velo negro a la imagen, simbolizando así el final de la Semana Santa.

La procesión ha continuado hasta la iglesia de San Miguel de Reoyo, donde se ha representado el encuentro de la Virgen María con su hijo resucitado.

El Santísimo Sacramento ha salido del interior del templo bajo el palio para encontrarse con María y los cofrades que portaban la imagen han hecho tres genuflexiones.

La ceremonia ha concluido con la entrada del Santísimo y la Virgen en la iglesia donde se ha celebrado la solemne Misa de Pascua, a la que han acudido cientos de fieles.

La tradicional Bajada del Ángel, cuyo origen parece estar en los autos sacramentales de la Edad Media, ha sido declarada fiesta de Interés Turístico Regional y está a la espera de ese reconocimiento a nivel nacional.

Por otra parte, en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, Óscar García Casado, de cinco años, ha sido el encargado de quitar el velo a la Virgen, en un rito que se cree originario de la época barroca y que mantiene la Cofradía de la Misericordia, conocida también como "Las Candelas", cuyo origen se remonta al siglo XV.

Unas horas antes de convertirse en el protagonista de la ceremonia, que simboliza el final del luto de la Virgen tras la resurrección de Cristo, el niño ha contado que tenía que "mover mucho los pies y los brazos cuando se abra el globo, soltar las dos palomas y quitarme la corona con una mano, mientras con la otra quito el velo a la Virgen".

Así lo hacía algo después de las once y media de esta mañana, vestido de blanco y descalzo como muestra de pureza, con cientos de personas agolpadas frente a la fachada de la iglesia de Santa María.

Uno de los elementos que ha cambiado en los últimos años ha sido la elección del "Ángel", que tradicionalmente era un niño de una familia humilde que realizaba esta función, en parte, por la propina que recibía.

Sin embargo, la creciente demanda para desempeñar este papel ha hecho que la cofradía haya optado porque solo puedan desempeñarlo niños pertenecientes a la propia cofradía.

De hecho, en este momento ya hay cinco familias que han solicitado este papel para sus hijos cuando cumplan los cinco años.

El Ángel sale cada año de un cajón adosado al muro de la iglesia un globo que se mueve por un sistema de poleas hasta situarse sobre la imagen de la Virgen.

Del interior del globo sale un niño en medio de una lluvia de confetis y se descuelga hasta llegar a quitar el velo de luto de la Virgen, momento en el que se acerca desde la parte contraria de la plaza la imagen de Cristo resucitado.

Mostrar comentarios