Miss Tierra Colombia se siente "una celebridad" en Filipinas

Manila, 1 dic.- La candidata de Colombia a Miss Tierra, Andrea de Vivo, se siente "una celebridad" por el trato que recibe en Filipinas, donde este sábado tiene lugar la final de este concurso de belleza con trasfondo ecológico.

"Filipinas es un país que da importancia a los reinos de belleza, la gente nos acoge bien allá donde vamos. Somos como celebridades. Donde vamos hay fotos y prensa y todos los filipinos son muy apasionados con el concurso", dice la colombiana de 24 años.

Esta beldad de largo pelo castaño asegura que está viviendo una "experiencia increíble", por las dos semanas que lleva en Filipinas con las otras 94 candidatas de todo el mundo con las que comparte inquietudes parecidas.

"Ha sido la mejor experiencia de mi vida -afirma-. Estoy con niñas de otros países que comparten los mismos sueños que yo, que tienen las mismas prioridades, los mismos problemas".

Para optar a la corona de Miss Tierra, además de destacar por su belleza, De Vivo hubo de presentar un proyecto ecológico que incentiva la conservación de animales en vías de extinción.

"Lo hemos implementado en Colombia de la mano del Ministerio de Medio Ambiente -explica- y, si gano el concurso, puedo compartir las ideas que ya han dado frutos en mi país".

A diferencia de la mayor parte de sus compañeras, que viajaron solas a Filipinas, De Vivo está acompañada de su madre, su tía y una prima, lo que hace que no extrañe tanto su tierra.

"No he echado tanto en falta mi país gracias a ellas, pero ya me va haciendo falta volver", admite la colombiana.

De cara a la gala final de este sábado, De Vivo se siente con ánimo y "orgullosa" de representar a su país.

"Quiero mostrar al mundo las cosas lindas que tenemos -dice-. Me siento muy feliz y bendecida".

Celebrando los bosques para la gente" es el lema de esta edición del concurso de Miss Tierra, creado por la empresa filipina Carousel para concienciar sobre la ecología y los efectos del cambio climático.

La edición de este año estaba programada en Tailandia, pero las inundaciones ocurridas en ese país obligaron a trasladar el certamen a Filipinas.

La ganadora se convertirá en la portavoz de la Fundación Miss Tierra y de otras organizaciones ecologistas, y recibirá joyas valoradas en 25.000 dólares.