Morenés rechaza los debates entre seguridad y libertad porque la primera genera la segunda


El ministro de Defensa, Pedro Morenés, afirmó hoy que los debates entre seguridad y libertad “se confunden” porque “parece que una es antes que la otra” y ésta un mero servidor de la primera, cuando lo cierto es que “la seguridad sirve a la libertad pero también la genera, no se sirve de ella”.
Morenés, que intervino en el campus de verano de la Fundación FAES, aludió así a la polémica suscitada al conocerse por las filtraciones de Edward Snowden las prácticas de ciberespionaje realizadas por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, con una opinión que entronca con su conocida convicción de que la seguridad es “un prius social”, un elemento básico sin el cual no pueden darse los demás factores que hacen que una sociedad sea próspera y justa.
Según recordó, las personas no empezaron a formar grupos por razones económicas, sino para protegerse, y eso genera unos vínculos y una estabilidad sobre los que se edifica todo lo demás. Por eso, reivindicó, la defensa “hay que cuidarla, promoverla y financiarla”, y, citando a Benjamin Franklin, arguyó que “quienes aceptan rechazar seguridad y libertad por otras cosas no merecen ni una ni la otra”.
Para Morenés, la estabilidad nace de que un estado-nación es capaz de garantizar autónomamente su propia seguridad, por prevención, disuasión y capacidad de respuesta. También puede trabar alianzas internacionales, pero la primera contribución a la seguridad internacional es garantizar la nacional, porque “la debilidad española es debilidad de nuestros aliados”. Y, según puntualizó, “eso es responsabilidad pura y dura de los españoles”. Poco después incidió en este enfoque con otra frase lapidaria: “Me dan envidia los países que sienten la seguridad y la defensa como algo suyo”.
AZNAR Y LOS PEA
En este sentido, agradeció al expresidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar, a su lado en la mesa, que pusiera en marcha los programas especiales de armamento que han permitido que la industria militar sea la de mayor valor añadido e I+D de España. En buena parte por ello, presumió, España ha sido el primer país del mundo que fabrica barcos para venderlos directamente a otros estados.
El ministro constató que “no sabemos dónde va el mundo”, pero sí que “va a toda velocidad”, como lo demuestran las nuevas tecnologías, que además de permitir más libertad que nunca también abren la puerta a unas amenazas para la seguridad que antes no se conocían.
No obstante, cambió de tercio, la geografía sigue marcando la agenda política y España, antes retaguardia del mundo polarizado entre dos bloques, es ahora primera línea ante el norte de África, donde cualquier cosa que ocurra puede afectar a la seguridad nacional.
En este sentido, justificó el permiso concedido a Estados Unidos para que instale una fuerza de intervención rápida en la región en la base de Morón de la Frontera, no como un servicio a los intereses norteamericanos, sino por que “servimos a España teniendo amigos poderosos que comparten nuestros valores y nuestros interesas y nos ayudan a mantenerlos”.

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