MSF sale de Marruecos ante la pasividad de gobiernos por maltrato a migrantes

  • Médicos sin Fronteras (MSF) ha decidido cerrar sus proyectos en Marruecos para denunciar el aumento de la violencia hacia los migrantes subsaharianos "atrapados" en ese país por el endurecimiento de las políticas migratorias y la pasividad de los gobiernos en la defensa de los derechos humanos.

Madrid, 13 mar.- Médicos sin Fronteras (MSF) ha decidido cerrar sus proyectos en Marruecos para denunciar el aumento de la violencia hacia los migrantes subsaharianos "atrapados" en ese país por el endurecimiento de las políticas migratorias y la pasividad de los gobiernos en la defensa de los derechos humanos.

La organización se despide de Marruecos, donde ha estado desde 1997, con la presentación del informe "Atrapados a las puertas de Europa".

En él relata el "clima de violencia criminal e institucional -por parte de las Fuerzas de Seguridad de Marruecos y España- y la extrema precariedad" en la que sobreviven miles de inmigrantes, durmiendo en bosques y casas abandonadas durante meses o años.

Uno de cada cuatro inmigrantes prolonga su estancia en Marruecos entre uno y cinco años, según datos de la ONG.

MSF asegura que son testigos del incremento de las redadas policiales y de las expulsiones a Argelia de los detenidos, entre los que se encuentran mujeres embarazadas y menores, que sufren una total desprotección.

La organización constata "la renovada violencia con la que se repele a los migrantes que intentan saltar la valla de Melilla por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas", según explicó Raquel Ayora, directora de operaciones de la ONG.

Muchos de estos inmigrantes se dirigen a la ciudad marroquí de Nador, fronteriza con la ciudad española de Melilla, donde se instalan en el bosque de Gurugú, esperando su oportunidad para saltar la valla o para subirse a una embarcación u otro medio de transporte que les lleve a Europa, mientras viven mendigando.

En esa ciudad, Médicos sin Fronteras explica que sólo en 2012 asistieron a más de mil personas en sus centros.

"Especialmente desde el mes de abril del pasado año hemos visto, entre otras, fracturas de brazos, piernas, manos, mandíbulas, dientes rotos o conmociones cerebrales. Heridas que, según los migrantes, les han provocado las fuerzas de seguridad", aseguró Sergio Martín, responsable de programas en Marruecos.

Uno de los problemas "más acuciantes" -relata el informe- es el de la violencia sexual que sufren principalmente las mujeres y niñas, muchas de ellas víctimas de redes de trata de personas.

"Lo que pedimos con la salida de Marruecos es recalcar el hecho de que no somos la solución", dijo Martín.

En este sentido, la directora de operaciones señaló que la capacidad de la organización "para provocar un cambio sustancial es muy limitado" y exigió responsabilidades a los actores políticos, "que son los que tienen que resolver estos problemas".

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