En Tenerife

Una mujer sobrevive al apuñalamiento de su pareja haciéndose la muerta

"Me agarré los intestinos porque se me salían y me arrastré para pedir auxilio", asegura.  Su marido la degolló y dejó envuelta en una manta. Lo hizo "para que no matara a mi hijo". 

Entrevista a la madre que se dejó matar para salvar a su hijo
Entrevista a la madre que se dejó matar para salvar a su hijo
Espejo Público

Miriam vivió una pesadilla y cuando despertó del coma cuatro semanas después "seguía siendo una pesadilla". Esta mujer sufrió una historia atroz. En su casa a las diez de la mañana recibió un apuñalada de su pareja. Luego llegaron las patadas y puñetazos. A las cuatro de la tarde, minutos antes de que llegara su hijo del colegio, le pidió a su pareja que la matara "para salvarle la vida" al pequeño. La degolló y envolvió en una manta. Cuando creía que estaba muerta ella vio que se le movía una mano. 

Esperó a escuchar los cerrojos de la puerta, "dos" y "agarrándome los intestinos" se arrastró hasta la calle para pedir ayuda. Durante todo el testimonio, relatado en Espejo Público, asegura que solo pensaba en que su hijo no apareciera por el piso porque su pareja le dijo que "si lo hacía también tendría que matarle". 

Su hijo de 12 años llegaba del colegio sobre las cuatro y media y "por eso me dejo matar" cuando llegan las cuatro.  "Salvar la vida de mi hijo dejándome matar era lo único que podía conseguir", continúa.  A las  dos de la tarde le dijo "mátame ya para que te puedas ir... y me degolló". Ahí cerró los ojos.  Recuerda que no fue difícil simularlo porque "prácticamente lo estaba".

Hasta que se va su agresor "tarda un poco mientras recoge sus cosas, me roba mi cartera y mis tarjetas, se lleva mi coche y las llaves de casa y me vacía las cuentas". Antes de irse, "enrollada en la manta me da dos golpes". Ahí aguanta el dolor que tiene "para que no escuche nada". En su mente, su hijo. Tenía asumido que se moría, pero por el niño  si me quedaba un hilo de vida tenía que intentar arrastrarse para pedir ayuda. .Lo hizo. 

"Me agarré los intestinos, me arrastré y conseguí ponerme de pie y tardé 15 minutos  en bajar a la calle". Ese día su hijo se retrasó en el regreso del colegio y antes de que llegara a la vivienda la Guardia Civil ya estaba allí y alertó a su padre, "que no es el agresor".

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