Mujeres argentinas tienen más estudios que hombres, pero empleos son peores

Buenos Aires, 22 sep.- La asistencia de las mujeres a estudios terciarios o universitarios en Argentina es un 30 por ciento mayor a la de los hombres, pero sólo el 34,2 por ciento de los puestos directivos del país está en manos femeninas, indicó un informe del PNUD difundido hoy en Buenos Aires.

Casi siete de cada diez mujeres de entre 35 y 44 años trabajan de forma remunerada, aunque su "mayor incorporación al mundo del empleo no necesariamente ha traído aparejadas modificaciones significativas en su forma de inserción", advirtió el trabajo "Género en cifras: mujeres y varones en la sociedad argentina" realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

"Debido a que continúan siendo las principales proveedoras de cuidado dentro de sus hogares, muchas deben aceptar empleos flexibles y por pocas horas semanales, por lo general precarios", sostiene el informe.

De hecho, el 46,2 por ciento de las mujeres ocupadas se ubica en puestos de baja productividad, añade.

El estudio destaca, de todas formas, la mayor participación femenina en el mercado de trabajo en sintonía con la recuperación económica del país después de que se puso fin en 2002 a la convertibilidad, que establecía una paridad de "uno a uno" entre el peso argentino y el dólar y la libre conversión de ambas monedas.

También revela que las mujeres enfrentan el flagelo de la violencia, mayoritariamente psicológica y física, "con fuertes raíces en la desigualdad de género".

De las 16.600 denuncias realizadas a la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación entre septiembre de 2008 y agosto de 2010, ocho de cada diez personas afectadas son mujeres y, de ellas, el 15 por ciento son menores de 18 años, detalla el informe.

El PNUD sostiene además que los hábitos alimenticios de las mujeres son más saludables que los de los varones, con una incidencia menor de sobrepeso, aunque el 45 por ciento de la población femenina admite tener un bajo nivel de actividad física.