Mujeres y grupos vulnerables, fundamentales en la lucha contra el sida

  • Las mujeres y los grupos vulnerables, que incluyen a homosexuales, drogadictos y trabajadoras sexuales, son un pilar fundamental contra el sida, según destacaron hoy expertos y la ex primera dama estadounidense Laura Bush en la conferencia sobre la epidemia que acoge Washington.

Washington, 26 jul.- Las mujeres y los grupos vulnerables, que incluyen a homosexuales, drogadictos y trabajadoras sexuales, son un pilar fundamental contra el sida, según destacaron hoy expertos y la ex primera dama estadounidense Laura Bush en la conferencia sobre la epidemia que acoge Washington.

"Las mujeres son centrales en la lucha contra el sida", afirmó la esposa del expresidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) en un discurso en la conferencia, a la que asisten más de 20.000 personas entre activistas, representantes de Gobiernos y expertos, y que se clausurará este viernes.

La ex primera dama subrayó que "la salud de las mujeres afecta a las familias, a las comunidades y a países enteros".

En general las mujeres, y en particular las de minorías en Estados Unidos y las que viven en países de ingresos bajos y medios, han registrado altas tasas de infección con el VIH en años recientes, contagiadas por parejas que abusan de ellas, usan drogas o mantienen relaciones homosexuales.

Cada minuto una mujer se infecta con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en el mundo.

Laura Bush resaltó que en sus viajes a África cuando era primera dama y más recientemente con la fundación de su marido ha podido ver la "devastación" que provoca el sida, y que son precisamente las mujeres las que luchan con más fuerza contra la epidemia.

La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, participó en el mismo foro que Laura Bush a través de una videoconferencia e indicó que está "segura" de que de la conferencia que se celebra en Washington "saldrán nuevas ideas y formas de combatir el VIH".

"Tenemos que hacer entender a la población que éste es un problema que podemos manejar en conjunto", anotó la líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND).

Mientras, durante la rueda de prensa diaria en la conferencia varios expertos advirtieron contra la exclusión de grupos vulnerables como drogadictos, prostitutas, homosexuales y personas transgénero.

"Podemos poner punto final a esta epidemia, porque tenemos las herramientas, pero no lo lograremos sin la inclusión de estos grupos vulnerables (...) La opción es seguir maniatados por nuestra propia ignorancia", afirmó el médico Paul Semugoma, del Foro Global sobre el VIH y los Homosexuales.

A su juicio, en la actualidad hay buenas opciones para la prevención y el tratamiento, pero resulta preocupante que las autoridades sigan tropezando con problemas como "la negación, el estigma, los prejuicios y la discriminación".

Por su parte, Cheryl Overs, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Monash (Australia), señaló que existe la necesidad de que las trabajadores sexuales tengan un marco legal que les permita trabajar en un ambiente que reduzca su riesgo al contagio con el VIH.

En un foro paralelo sobre la vulnerabilidad de las trabajadoras sexuales, los activistas debatieron precisamente la urgencia de un marco legal que reconozca su "profesión" y se reduzcan así los riesgos de transmisión del virus.

"Creemos que estas trabajadoras merecen tener derechos laborales como el resto, para que tengan condiciones de trabajo seguras, aunque hay resistencia y estamos muy lejos de eso", dijo a Efe Sienna Baskin, codirectora del "Proyecto de Trabajadoras Sexuales" de Nueva York.

La prostitución es ilegal en Nueva York y en la mayoría de los estados de EE.UU., y las trabajadoras sexuales son víctimas del acoso policial, la violencia y arrestos, señaló Baskin, haciéndose eco de un informe divulgado la semana pasada por el grupo humanitario Human Rights Watch (HRW).

En 2011 había 34,2 millones de personas que vivían con el VIH en el mundo, la cifra más alta registrada hasta el momento debido a la prolongación de la media de vida conseguida gracias a las terapias antirretrovirales, según la agencia de Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA).

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