Tras morir un fotógrafo 

Veneno de sapo bufo: qué es la sustancia por la que fue detenido Nacho Vidal

Se trata de un líquido viscoso que al inhalarse provoca alucinaciones visuales y auditivas y puede causar problemas cardíacos. Es conocida como la 'molécula de Dios'.

nacho vidal
Nacho Vidal fue detenido el pasado viernes
Europa Press

El actor de cine para adultos Nacho Vidal -más de 600 películas- y los otros dos detenidos el pasado viernes están ya en libertad provisional sin ninguna medida cautelar impuesta tras comparecer en el juzgado y quedar en situación de investigados por un posible delito de homicidio por imprudencia. Ocurrió en julio de 2019 en la localidad valenciana de Enguera cuando ofrececieron veneno de sapo bufo alvarius a una persona que murió durante un ritual. La víctima fue el fotógrafo de moda José Luis Abad Rubio y todo sucedió en la finca que el actor tiene en Valencia después de someterse a un ritual chamánico para desintoxicarse. Hace dos años, el propio Vidal relataba en un vídeo lo que le cambió la vida inhalar el veneno que este sapo contiene en sus glándulas. "Yo tenía el Santo Grial y quería que todo el mundo lo viera", aseguraba. Pero los expertos advierten del peligro de estas experiencias 'divinas'. 

El ritual consiste en fumarse ese veneno. El fluido extraído de las glándulas de este sapo, cuyo hábitat es el desierto de Sonora (México), es transparente y viscoso. La sustancia que contiene es bufotenina y 5-MeO-DMT, dos psicotrópicos que cuando combustionan en una pipa se convierten en la 'Molécula de Dios' por ser el alucinógeno más potente del mundo que existe, incluso más que la conocida ayahuasca. Cuando el humo llega a los pulmones se activa la glándula pineal y se inician las alucinaciones visuales y auditivas. Pero la sustancia, advierten los expertos, también puede provocar en algunas personas problemas cardíacos, daños irreparables e incluso llegar a ser letal. 

En un vídeo en Youtube, Vidal relata la peligrosa práctica con este sapo bufo. Lo conoció a través de un amigo "muy enganchado" que "tomó esto mágico y el primer día tiró la metadona a la basura". Quería salir de "mis adicciones y apegos que me hacían vivir en un bucle", continúa. Cuenta como le dieron una pipa y "fumé sin saber qué iba a pasar". Me dijeron que respirara hondo, abriera los brazos y mirara al sol. Relata que fumó "con todas las ganas" y de repente "desconecté de una manera que no se qué me pasó ni el tiempo que estuve ni dónde estuve". 

Tras perder la consciencia, se levantó "muy callado" y se atrevió con otra inhalación. Y la segunda "hizo que mi alma se fuera de mi cuerpo y el cuerpo explotara y se convirtiera en luz". Al volver en sí tubo un "gran golpe de energía" que le ayudó a "bloquear el pasado y el futuro". Sigue relatando que tras ese momento se desprendió de sus "adiciones".  "Cuando tomé el sapo me morí y al volver ahora estoy aquí para hacer lo que quiera con el tiempo", explica. Lo que los expertos aseguran es que consumirlo puede provocar taquicardia. Y el riesgo es alto. 

En declaraciones a La Sexta el abogado del actor porno, Daniel Salvador, asegura que "el fallecido fue el que quiso tomar esa sustancia" y que su defendido "no se siente responsable, aunque está profundamente afligido". Vidal se ve ahora envuelto en la denominada operación 'Yurta' que la Guardia Civil inició tras el fallecimiento de este famoso fotógrafo durante la celebración de un ritual místico basado en la inhalación de los vapores del veneno de este anfibio 'bufo alvarius'. 

Después de once meses de investigación, apareció un vídeo en el móvil de la víctima que pudo constatar lo que sucedió durante la sesión y que ha acabado en un posible delito de homicidio por imprudencia y un delito contra la salud pública, supuestamente cometido por quienes organizaron y dirigieron el ritual según los agentes. Vidal y las otras dos personas han quedado en libertad provisional y están investigados. 

También se ha podido demostrar que se trataba de una actividad con fines terapéuticos o medicinales que en sí misma suponía un serio riesgo para la salud pública, con la que además se enmascaraba un ritual ancestral aparentemente inofensivo. "Con este reclamo se captaba personas fuertemente sugestionadas, en un estado de vulnerabilidad o necesidad de sanar determinadas dolencias o adicciones, para lo cual se ofrecían métodos alternativos a la medicina", asegura la Guardia Civil.

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