Nelson Mandela: Historia del hombre que liberó a la sudáfrica negra

    • Hoy se celebra el segundo aniversario de la muerte de Nelson Mandela.
    • Mandela ya forma parte de las grandes figuras del siglo XX.
Detenidos alcaldesa y cinco funcionarios por fraude en el funeral de Mandela
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Nelson Rolihlahla Mandela nació en la familia real de Transkei, Sudáfrica en 1918. Mandela podría haber llevado una vida plácida pero renunció a sus derechos dinásticos y se instaló en Johannesburgo, donde terminó de estudiar bachiller y donde se graduó en derecho.

A partir de este momento, comenzó a involucrarse con el activismo político y la defensa de la población negra. Mandela creó un despacho de abogados que ofrecía cobertura legal ‘low cost’ a la gente negra de la ciudad. Lo hizo junto a su amigo, el también activista Oliver Tambo.

Mandela desprendía un liderazgo natural. Tenía un porte regio, era serio y mostraba pasión y sensibilidad en cada cosa que hacía. Sus discursos pronto empezaron a tener una gran influencia sobre las masas y el Gobierno decidió fijarlo entre sus objetivos.

En 1948 el Partido Nacional llega al poder en Sudáfrica y la represión del Gobierno sobre los activistas pro negros se recrudece. Pasan de la desobediencia civil a la resistencia armada que tiene como principal recurso el sabotaje. Mandela recibe adiestramiento de guerrillas y viaja por multitud de países para recabar apoyo económico.

El Gobierno sudafricano logra apresar a los líderes de la oposición, entre ellos a Mandela, que es condenado a cinco años de cárcel por la huelga general de 1961. Antes de que termine de cumplir condena es sentado de nuevo en el banquillo de los acusados donde se le culpa de sabotaje y de tratar de derrocar al Gobierno. La pena entonces es de cadena perpetua Mandela queda en libertad

Nelson Mandela pasó a convertirse en leyenda cuando consiguió la libertad. En los 27 años que Nelson Mandela estuvo preso, la opinión internacional cambió su veredicto respecto a Sudáfrica. Mandela, que había sido tachado de terrorista, recuperó su estatus de activista y el vergonzoso régimen del apartheid empezó a agonizar gracias al activismo de otros políticos carismáticos, como el del dirigente sueco Olof Palme.

Ese fue el contexto en el que Mandela salió de la cárcel el 11 de febrero de 1990 y pese a tener a toda la opinión internacional a su lado, de su boca no salió ni un solo reproche. Asumió su largo cautiverio como un sacrificio necesario y vivió sólo para el futuro, pensando en la paz y reconciliación.

En 1994 se vivieron las primeras elecciones en las que negros y blancos votaban en Sudáfrica y fue aquí cuando Mandela alcanzó la presidencia. Sus objetivos eran claros: avanzar en una política de reconciliación nacional. “El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa”, dijo Mandela.

Por su ansia de libertad, por su trabajo en pos de la libertad y la igualdad de negros y blancos y por encarnar el perdón y la reconciliación como ningún otro líder de su tiempo, Nelson Mandela, el eterno Mandiba (anciano honorable), ya es uno de los grandes hombres del siglo XX.

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