Nepal. Un superviviente del seísmo cree “muy difícil” que haya gente con vida en la región del langtang


Luis Carcavilla, geólogo y escalador que sobrevivió al seísmo que sacudió Nepal el pasado día 25 de abril causando, hasta el momento, la muerte de unas 8.000 personas, asegura que es “muy difícil” que haya gente con vida en la región del valle de Langtnag, zona del país donde se encontraban en el momento del terremoto los seis españoles que todavía no han sido localizados.
Así se pronunció Carcavilla, en una entrevista para el Instituto Geológico y Minero de España recogida por Servimedia, en la que explicó que en el momento del terremoto se encontraba junto con sus compañeros de la expedición BBVA-Carlos Soria en el campo base del Annapurna, a 4.150 metros de altitud.
Aseguró que “la vibración fue muy fuerte. Tanto, que ninguno de nosotros dudó de que se trataba de un terremoto”, lo que provocó que salieran “inmediatamente de la tienda porque sabíamos que cerca de ella había unas rocas que podían provocar un desprendimiento. Así que nos alejamos de ellas unos metros y esperamos a que pasara, pues el seísmo fue muy largo, duró más de un minuto y medio”.
Del mismo modo, explicó que si bien en el lugar donde la expedición se encontraba era “casi imposible” que llegara alguna avalancha de nieve, en la montaña “se desencadenaron algunas que, si bien no podíamos ver porque la niebla ocultaba la montaña, pudimos oír”.
Carcavilla explicó que se encontraban en el campo base del Annapurna puesto que habían dado por concluida la expedición, ya que “la montaña estaba muy cargada de nieve y era muy peligrosa. Así que el mismo día del terremoto tenía que venir a buscarnos un helicóptero para llevarnos a Katmandú. Pero ese día hizo muy mal tiempo, así que no pudo venir”, por lo que “una vez ocurrido el terremoto, todos los helicópteros fueron priorizados para labores de rescate. Así que nuestro viaje pasó, como es lógico, a segundo plano. A los seis días de espera avisamos al consulado español de que la comida se nos empezaba a acabar, y dos días después vino el helicóptero a buscarnos”.
Este superviviente se mostró en todo momento agradecido por el “trato excepcional” recibido por parte de las autoridades españolas destacadas en Nepal, al tiempo que aseguró que “nuestra situación no era crítica ni peligrosa, y eso lo transmitimos para que priorizaran los rescates más urgentes y nos dejaran en un segundo plano. Les estamos muy agradecidos por su excelente labor”.
LLEGADA A KATMANDÚ
Carcavilla afirmó que la expedición de la que formaba parte llegó a Katmandú en una avioneta desde Pokhara. “Nos sorprendió no ver efectos evidentes del terremoto desde el aire, si bien es cierto que ya habían pasado ocho días desde el terremoto. Una vez en la ciudad, comprobamos que hay zonas que fueron totalmente arrasadas, como el barrio de Bhakhtapur, pero gran parte de la ciudad está en buen estado. De hecho había gente haciendo turismo como si no hubiera pasado nada, y los servicios estaban ya totalmente reestablecidos”, dijo.
A pesar de esta situación en la capital nepalí, este superviviente reconoció que en las zonas rurales los efectos derivados del terremoto han provocado “enormes daños”, ya que “el problema de Nepal es que es un país de una complejísima orografía, con población muy dispersa, por lo que es difícil cuantificar los daños personales y humanos. Hay valles enteros de los que aún se sabe poco, porque las comunicaciones se interrumpieron y las carreteras, en caso de haberlas, se han destruido y no se puede acceder mas que a pie”.
Esto le sirvió para explicar que lo que sucedió en Langtang, zona donde se perdió la pista de los seis españoles que continúan desaparecidos, es un “buen ejemplo de que muchas veces lo peor de los terremotos son los efectos que provocan, como ocurre con los tsunamis. Como resultado del terremoto y de unas condiciones meteorológicas adversas, se produjo un gran corrimiento de tierra que arrasó el pueblo, destruyéndolo completamente. Es muy difícil que alguien pueda sobrevivir a un fenómeno de ese poder destructivo”.
Carcavilla destacó que “un seísmo en otras regiones del planeta no habría provocado tanta destrucción. Por desgracia, Nepal es uno de los países más pobres del mundo, y desde luego no está preparado para un suceso así. Ni siquiera lo está para gestionar eficazmente la gran cantidad de ayuda que está recibiendo”.
Por último, dijo que al margen de la tragedia de los fallecidos, mucha gente ha perdido sus casas, sus negocios, “su forma de ganarse la vida”. Además, continuó, “en menos de un mes empezará el monzón, por lo que lloverá de manera torrencial durante casi tres meses. Es necesario dar cobijo a todas estas personas que se han quedado sin hogar, y garantizar su alimentación y evitar enfermedades. Cuando acabe el monzón, será prioritario reconstruir las viviendas”.

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