Pide que "rectifique" el Gobierno

La nieta del imperio Reyzábal que lucha para evitar que se expulse a los menas

Una asociación -llamada Fundación Raíces y que preside Lourdes Reyzábal- consiguió ayer "suspender" la repatriación de nueve menores inmigrantes que estaban en la mirilla del Ministerio del Interior.

Lourdes Reyzábal
La nieta del imperio Reyzábal que lucha para evitar que se expulse a los menas.
Fundación Raíces

Agosto ha sido el mes elegido por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para llevar a cabo una de las medidas más impopulares de la legislatura: expulsar a decenas de menores de edad procedentes de África en furgonetas. Sin embargo, aunque parecía que las fechas le iban a acompañar para disimular tal operación, no ha ocurrido. Así, su compañera y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha cargado contra tal actuación pidiendo que rectifique. Si tenía poco con la rebelde de su Gobierno, se le añade ahora otra mujer, pero mucho más insospechada: Lourdes, nieta del industrial Julián Reyzábal, un hombre que llegó de Burgos a la capital y que, con los años, y tras exitosas inversiones inmobiliarias, consiguió sellar su apellido como uno de los más importantes de la ciudad. Entre sus adquisiciones destaca la mitad de la Torre Picasso y un emblemático edificio recordado por todos los madrileños: la Torre Windsor. Hoy, muchos de sus hijos han continuado con la gestión del patrimonio que creó su padre.

El pasado lunes, el juzgado número 2 de Ceuta decidió suspender de forma cautelar durante 72 horas cualquier traslado de menores a Marruecos tras escuchar el testimonio de cinco de ellos. Esta decisión se une a la del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Ceuta, que ordenó "suspender" la repatriación de nueve menores extranjeros no acompañados desde la ciudad autónoma. Esta última medida fue, en parte, gracias a la Fundación Raíces (que preside Lourdes Reyzábal) que recurrió al juez la devolución 'en caliente' de estos menores al país africano. Estas dos decisiones suponen un varapalo contra las tesis del Ministerio del Interior, que hasta ahora había trasladado a 55 personas.

"La fundación la creamos mi madre (María Teresa González-Aller) y yo con la idea de atender a niños y niñas que estuvieran en situación de exclusión social", dice la presidenta Lourdes Reyzábal al periódico La Información. Ella, que habla con naturalidad y sosiego, dice que, antes de comenzar este proyecto, era psicóloga y trabajaba en un hospital psiquiátrico (en la unidad de adolescentes). Pero poco a poco fue conociendo otro mundo, a través del sacerdote Enrique de Castro, que se dedicaba a combatir la exclusión social desde la parroquia de San Carlos de Borromeo, en Entrevías (Madrid). Un lugar que define como "un motor de muchas otras organizaciones y movimientos que han surgido por el compromiso que tenían esas personas en aquellos años". Aunque matiza, "el objetivo último de todas estas organizaciones es no existir" y, si están, es "porque la Administración no hace bien su trabajo".

Hacia el año 2003, Lourdes y su madre comenzaron a conocer la vulneración de derechos que cometía la propia Administración con los menores no acompañados. A partir de entonces se han centrado "en defender los derechos de la infancia" hasta nuestros días, donde 13 personas -contando con ella- trabajan hoy para los intereses de estos jóvenes, vacíos de derechos, que llegan a España. En 2006, un abogado llamado Nacho de la Mata -que quería ser abogado del Estado y que acabaría siendo su marido hasta 2012, que fue cuando falleció- decidió participar en su fundación para luchar por los derechos de los niños. A partir de entonces, juntos comenzaron "toda una batalla por la defensa de estos niños" hasta que consiguieron paralizar una repatriación de menores.

Tras esa victoria, se rearmaron con un equipo de juristas y fiscales que veían que "había un pisoteo en los derechos de la infancia". Ella, quince años después y sin él, cree que puede ganar de nuevo al Ejecutivo porque "tenemos a favor al Defensor del Pueblo, a la propia Fiscalía y a muchas organizaciones, como Naciones Unidas". Lourdes confía que el Gobierno "rectifique inmediatamente y que se someta a las garantías establecidas". Una situación que no ocurría desde los primeros años de siglo, "ningún gobierno durante todos estos años se ha atrevido a hacer lo que se ha hecho estos días en Ceuta"

Lourdes asegura con ímpetu que "la única solución" que se puede dar a los menores es "darles protección y estudiar individualmente cada caso" y que "siempre prime el interés superior de cada niño". Y añade que, "lo que no podemos hacer es meter a los niños en autobuses, sin escucharlos y devolverlos". Y, tras un breve inciso, sentencia: "No debemos olvidar que puede haber niños que sus familias no puedan hacerse cargo de ellos o que sean víctimas de cualquier explotación".

A Lourdes no le intimida el apellido que lleva consigo, "lo importante es que cada cual viva su vida como considere que tiene que vivirla y, desde hace muchos años, vivo como quiero vivir, comprometida con lo que yo creo". Ella, algo emocionada, añade, "no es quién eres, sino qué hacemos cada uno de nosotros cuando la vida nos interpela, y a mí me interpeló hace muchos años, y lo único que trato es de darle respuesta". Por último, esta mujer, que podría haber sido tan poderosa como su padre, resume lo que le ha dado el estar al lado de los más desfavorecidos: "He tenido la suerte de encontrarme con estos chavales -a los que quiero casi como mis propias hijas- de convivir con ellos, de acogerlos en mi propia casa y de haber tenido un compañero de vida, que junto a mí, decidió también apostar por esto".

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