ONU avisa del peligro para los civiles del millar de artefactos sin explotar

  • Más de un millar de proyectiles y otros artefactos sin explotar amenazan la seguridad de la población civil en Gaza y dificultan el posible regreso al hogar de los desplazados internos, informó hoy la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA).

Gaza/Jerusalén, 15 ago.- Más de un millar de proyectiles y otros artefactos sin explotar amenazan la seguridad de la población civil en Gaza y dificultan el posible regreso al hogar de los desplazados internos, informó hoy la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA).

En un prolijo informe, la citada institución advierte, asimismo, de que más de 100.000 personas necesitan urgentemente una vivienda provisional alternativa en Gaza después de que la ofensiva israelí haya destruido 8.832 viviendas y dejado inhabitables otras 7.960.

"El incidente del miércoles, en el que perecieron seis personas al estallar un artefacto sin explotar (UXO, en su denominación internacional), pone de manifiesto el peligro que supone para niños, granjeros, agricultores, trabajadores internacionales y desplazados internos el más de un millar de explosivos remanentes de guerra dispersos por áreas civiles", afirma.

En el intento de desactivación de uno de ellos murió también un periodista italiano.

La OCHA añadió que el número de desplazados internos no cesa de subir, y que ya son 218.367 las personas que se ha registrado en las 87 escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) convertidas en albergues.

Cerca de 150.000 más se han visto obligadas a abandonar su hogar y buscar protección y acomodo en hospitales, centros gubernamentales y casas de familiares a lo largo de la Franja.

De los edificios públicos que han sufrido daños, 230 son escuelas (140 del gobierno y 90 de la UNRWA), lo que hace imposible que el próximo curso escolar comience a principios de septiembre, como estaba previsto.

"El alto el fuego, que ha sido extendido hasta el 18 de agosto, se mantiene sin que se hay informado de violaciones. Sin embargo, y a causa de la falta de un acuerdo permanente, la situación en gaza es aún insegura", afirma.

"El número de desplazados internos fluctúa ya que muchos vuelven y descubren que las casas han quedado inhabitables o carecen de servicios básicos como la electricidad o el agua corriente, y que solo hay comida en los refugios de emergencia", explica.

Al hilo de este argumento, OCHA calcula en "8.832 las viviendas que han quedado totalmente destruidas y necesitan ser levantadas de nuevo, y en 7.960 las que han sufrido daños severos que las hacen inhabitables hasta que no se acometan reparaciones de calado".

"Otras 5.635 han sufrido graves daños y son inhabitables solo en parte mientras que 33.625 presentan daños menores. Muchos están regresando para garantizarse su lugar en los refugios ante la posibilidad de que se reanuden las hostilidades", subraya.

OCHA anuncia, asimismo, que se han tomado medidas especiales para distribuir comida a 150.000 personas que no tiene acceso regular a los alimentos, de las 730.000 que según la organización necesitan esta ayuda.

En cuanto al número de víctimas mortales, OCHA cifró en 1.975 los muertos palestinos, 1.417 de ellos civiles, 459 de los cuales son niños y 239 mujeres.

Un total de 328 no han podido ser identificados mientras que el número de milicianos o miembros de los grupos armados caídos en combate o causa de ataques israelíes asciende a 230, según el recuento de la ONU.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra, por su parte, en 10.193 el número de heridos, de los que 3.084 son niños, 1.970 mujeres y 368 ancianos.

Por parte israelí, 66 personas han perdido la vida, 64 de ellas soldados, a los que hay que añadir un trabajador extranjero alcanzado por uno de los miles de cohetes lanzados por las milicias palestinas desde la Franja.

"En cuanto a los servicios, se necesita un alto el fuego permanente o continuado para poder recuperar las infraestructuras de agua destruidas. En lugares de intensos combates como Beit Janun, la destrucción de este tipo de infraestructuras se calcula en un 50 por ciento", subraya.

Además, escasean las medicinas y se necesitan grandes cantidades de combustible para que puedan funcionar los generadores ya que las centrales eléctricas han sido destruidas y cerca del 95 por ciento de los habitantes de la Franja carece de electricidad.

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