Opositores sirios postergan decisión sobre participación en negociaciones de Ginebra

  • Grupos clave de la oposición siria aplazaron al jueves decidir sobre su participación en las negociaciones de paz previstas el viernes en Ginebra, al asegurar que esperan aclaraciones de Naciones Unidas sobre los participantes y cuestiones humanitarias.

A menos de 48 horas del inicio de las negociaciones indirectas con el régimen de Bashar al Asad para intentar poner fin a casi cinco años de guerra, el Alto Comité de las Negociaciones (ACN, oposición) parece mantener hasta el último momento el suspense sobre su participación.

Esta instancia, creada por los principales grupos políticos y armados con el objetivo de encabezar la delegación opositora en Ginebra, anunció, al término de dos días de reunión en Riad, el aplazamiento de su respuesta a la invitación de Naciones Unidas para participar en las conversaciones, las segundas desde el inicio de la guerra en marzo de 2011.

La respuesta se esperaba el miércoles, pero el portavoz del ACN, Salem al Meslet, afirmó durante la noche que "las conversaciones se aplazaron al jueves a las 10H00 locales (07H00 GMT)", a la espera de las respuestas del emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, a preguntas planteadas por ellos.

"Que digamos sí o no depende de la respuesta de De Mistura", añadió Meslet, quien describió una atmósfera "positiva" en la reunión de Riad.

El ACN, que quiere presentarse como el único representante de la oposición en las negociaciones, reclama "precisiones" sobre "la naturaleza de las invitaciones" cursadas por Naciones Unidas al resto de opositores.

El jefe de su delegación también genera debate. Mohamed Alush, jefe del grupo armado prosaudita Jaish al Islam, ha sido designado negociador jefe del ACN, una elección denunciada por otros opositores y por Rusia, aliada del régimen sirio.

Entre las figuras de la oposición invitadas, pero que no forman parte del ACN, está Qadri Jamil, ex viceprimer ministro sirio que fue despedido en 2013 y mantiene buenas relaciones con Rusia, y Haytham Manna, copresidente del Consejo Democrático Sirio (CDS), una alianza de opositores kurdos y árabes.

La participación de los kurdos -en primera línea en la lucha contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en varias zonas de Siria e Irak- es uno de los puntos de discordia entre las potencias extranjeras presentes en el conflicto.

Turquía se opone tajantemente a la participación del Partido de la Unión Democrática (PYD), la rama política de la milicia kurda de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG). Rusia considera por su parte que sin los kurdos las negociaciones "no darán resultado".

El coordinador del comité Riad Hijab estimó además en un comunicado que la comunidad internacional debería presionar para que se levanten los asedios a las ciudades en Siria, se detengan los bombardeos y se lleve ayuda humanitaria a los más necesitados.

"No es posible mantener negociaciones serias cuando partes extranjeras cometen crímenes contra la Humanidad contra los sirios", añadió Hijab en una posible referencia a Rusia, cuya aviación apoya a las fuerzas gubernamentales bombardeando posiciones rebeldes y yihadistas, y a otro aliado militar de Asad, Irán.

Respecto a la crisis humanitaria, Londres anunció que urgirá a los Estados a duplicar su contribución financiera en ayuda humanitaria, durante una conferencia de donantes prevista la próxima semana en Reino Unido.

Ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, denunció el miércoles que el régimen obstaculiza la entrega de ayuda humanitaria, hecho que calificó de "inaceptable".

Independientemente de la decisión del ACN, el optimismo no es la tónica de cara a las negociaciones, que ya tuvieron que ser aplazadas al próximo viernes.

"Seamos realistas, las posibilidades de éxito de estas negociaciones son realmente bajas", confesó un diplomático del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que pidió el anonimato.

Para intentar iniciar las negociaciones, Estados Unidos instó a los grupos de la oposición siria a participar "sin condiciones previas", al considerarlo una "oportunidad histórica" para "poner en práctica un alto el fuego, el acceso humanitario y otras medidas que restauren la confianza".

Las negociaciones, previstas a lo largo de seis meses, se basan en la hoja de ruta adoptada en diciembre en el Consejo de Seguridad de la ONU, que prevé un alto el fuego, un gobierno de transición en un periodo de seis meses y elecciones en 18 meses. La oposición pide la salida de Asad cuando empiece el periodo de transición.

Las negociaciones anteriores, entre enero y febrero de 2014, terminaron sin un resultado concreto y, desde entonces, el conflicto se volvió más complejo con la multiplicación de los actores y el espectacular ascenso del EI en un territorio cada vez más dividido. Desde marzo de 2011, más de 260.000 personas murieron y millones más abandonaron sus hogares.

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