La decisión del gobernador de Oregón detuvo la ejecución del asesino convicto Gary Haugen, que había renunciado a sus apelaciones y cuya muerte estaba prevista el 6 de diciembre por inyección letal.
"Es la primera vez que Oregón considera una estrategia diferente", dijo el demócrata John Kitzhaber en un comunicado este martes. "Me niego a seguir siendo parte de un sistema que es injusto y está menoscabado; no permitiré más ejecuciones mientras sea gobernador".
Oregón ha llevado a cabo dos ejecuciones en los últimos 49 años, ambas durante el primer mandato de Kitzhaber como gobernador, dijo el comunicado.
Kitzhaber dijo que permitir que esas ejecuciones se realizaran fueron "la decisiones más difíciles que tuve que tomar como gobernador" y que ha "analizado y cuestionado" las decisiones una y otra vez desde entonces.
"No creo que esas ejecuciones hayan conseguido que estemos más seguros y, por supuesto, no nos convierte en una sociedad más noble", declaró el gobernador. "Y simplemente no puedo participar una vez más en algo que creo que es moralmente equivocado".
Dieciséis estados y el distrito de Columbia no tienen pena de muerte y existe una tendencia gradual a alejarse de la pena capital en Estados Unidos, donde el número de ejecuciones ha descendido ligeramente en los últimos años.
El gobernador de Illinois, Pat Quinn, firmó en marzo una ley que abolía la pena de muerte.
Este año se han producido 43 ejecuciones en Estados Unidos, frente a las 46 en todo 2010.
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