Paciencia Melgar: "La entrega a los demás es un regalo"

  • La religiosa Paciencia Melgar, conocida por haber superado el ébola y cuyo suero sirvió para curar a Teresa Romero, reivindica la solidaridad y asegura que, en su caso, la entrega a los demás "ha sido un regalo".

Santander, 8 dic.- La religiosa Paciencia Melgar, conocida por haber superado el ébola y cuyo suero sirvió para curar a Teresa Romero, reivindica la solidaridad y asegura que, en su caso, la entrega a los demás "ha sido un regalo".

"Conocer a personas que han dado y siguen dando su vida por los demás, gente que lo ha dejado todo para ayudar a cambio de nada...¿Por qué no puedo hacer yo lo mismo?", reflexiona esta misionera en una entrevista con Efe en Santander, donde ha participado en una mesa redonda sobre voluntariado.

Melgar, de 47 años, se contagió de ébola en el hospital San José de Monrovia (Liberia), donde esta hermana de la Inmaculada Concepción cumplía con la tarea de atención a los enfermos y era compañera del misionero español Miguel Pajares.

En este centro hospitalario, que fue clausurado tras las infecciones de ébola, pero que se ha reabierto hace unos días, se ofrecía tratamiento sanitario y también un cuidado más integral.

Y, según ha explicado Melgar, se intentaba "transmitir esperanza" y trasladar a las personas que estaban allí ánimo para su recuperación y fuerza para "luchar por una vida digna".

Aunque el hospital está de nuevo abierto, la religiosa por el momento no sabe si volverá allí y está a expensas de lo que determine para ella su orden.

"Por ahora estoy aquí y mis superiores ya me dirán a dónde voy, pero no creo que de momento me manden a Monrovia", ha apuntado, antes de precisar que no se ha reabierto todo el hospital, sino solamente una área materno-infantil.

El resto de dependencias se irán poniendo en marcha gradualmente y, según la religiosa, se ha querido dar prioridad a las mujeres, una parte de la población que vive con especial dureza los problemas de África y que Melgar conoce muy bien, ya que antes de contagiarse de ébola se encargaba del trabajo de formación y promoción en este ámbito.

Y es que, según cuenta, en el hospital había un departamento para las mujeres que llevaba ella, para ayudar a muchas de ellas que, tras 14 años de guerra en Liberia, no tenían estudios ni un trabajo.

Así, acudían al centro para recibir formación o aprender un oficio y salían con un certificado que ayudaba a encontrar un trabajo o a montar un negocio propio "para sacar a su familia adelante".

Esta religiosa es una convencida de la entrega a los demás, un sentimiento que la llevó siendo una joven a unirse a las hermanas de la Inmaculada Concepción.

Según destaca, siempre llevó "algo dentro" que vivía en solitario hasta que un día se topó con dos sacerdotes españoles que daban clase en su país, en Guinea.

A la joven Paciencia Melgar le llamaba mucho la atención cómo dos españoles habían dejado su vida y todo atrás para ir a África a dar clases a la población local.

Y esa idea acrecentó el sentimiento que ella ya tenía, de forma que, tras conocer a las misioneras de la Inmaculada Concepción, decidió ingresar en un centro para chicas que querían ser religiosas y con 23 años entró en la orden y estudió enfermería.

Pese a todo lo que ha pasado con el ébola, al ser preguntada deja claro que si le dieran orden de retomar la tarea en el hospital de Monrovia, lo haría. "Si me dijeran mañana vas a Liberia iría corriendo", ha asegurado Melgar, cuyo suero ha servido para tratar a afectados por esta enfermedad, como la técnico sanitaria Teresa Romero.

Mostrar comentarios