"No hay que descartar ninguna hipótesis, pero evidentemente, la hipótesis de un atentado es tomada muy en serio", declaró el primer ministro en una entrevista con medios franceses.
Egipto se resiste a aceptar que un atentado con bomba provocara el 31 de octubre el siniestro del A321 de la compañía rusa Metrojet, que se estrelló en el Sinaí provocando la muerte de sus 224 ocupantes.
La caída del aparato, que volaba entre la localidad turística egipcia de Sharm el Sheij y San Petersburgo, fue reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Londres y Estados Unidos barajan abiertamente la pista del atentado con bomba. Rusia parece ahora secundarla y anuló sus vuelos civiles a Egipto.
Interrogado sobre la situación francesa, Valls declaró que el país hace "frente a una amenaza inédita y de gran envergadura".
"Hacemos frente a un enemigo exterior y un enemigo interior, a grupos que se hallan en Siria e Irak y todos los días, nuestros servicios de inteligencia detienen a individuos que pueden representar un peligro".
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