Pediatras aconsejan dar de mamar para que los bebés no lloren en el despegue y aterrizaje


La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) recomienda amamantar a los bebés durante las etapas de despegue y aterrizaje como una opción para evitar que lloren en los aviones.
En una serie de consejos sobre los viajes con niños ante las navidades, Sepeap subrayó que los cambios de presión que se producen en esos momentos causan dolor de oídos y mareos. Por eso, igual que los adultos mascan chicle, a los menores de dos años se les puede ofrecer agua, zumos, un chupete o darles de mamar para que no lloren.
En cuanto al 'jet lag', los niños son menos sensibles a estos cambios y por tanto presentan con menor intensidad sus síntomas (cansancio, irritabilidad, cambios de humor y debilidad). Lo mejor es siempre adaptarse al país de destino y a sus horas de luz y de oscuridad, indican los pediatras. A las comidas conviene adaptarse de forma progresiva, también en función de la diferencia horaria.
Por otra parte, la población entre 2 y 12 años es la más propensa a sufrir mareos. Los bebés rara vez lo manifiestan, y a partir de los 12 años la sensibilidad a esta disfunción disminuye. Se trata de un trastorno eminentemente infantil ante el que los pediatras recomiendan no viajar con el estómago lleno y hacerlo siempre en vehículos bien ventilados.
También es aconsejable mantener la cabeza y la vista fijas, mirar en el mismo sentido en que circula el coche, ocupar la parte central de los barcos o autocares si se opta por estos medios de transporte y evitar otras actividades, como leer o hacer deporte, durante los trayectos.
Finalmente, la Sepeap recordó que siempre conviene llevar un botiquín con los medicamentos básicos, así como agua, comida y ropa de abrigo si el viaje es largo. Siempre que se conozca con antelación el viaje, se recomienda ponerse en contacto con el pediatra antes de partir.

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