"Pequeñas iglesias domésticas" inundan Madrid en la Fiesta de las Familias

  • Numerosas "pequeñas iglesias domésticas", como denomina el Papa Francisco a las familias, han inundado hoy la Plaza de Colón de Madrid con motivo de la Fiesta de las Familias, una celebración en la que el cardenal Rouco Varela les ha mostrado su apoyo ante la "agobiante atmósfera intelectual y mediática".

Madrid, 29 dic.- Numerosas "pequeñas iglesias domésticas", como denomina el Papa Francisco a las familias, han inundado hoy la Plaza de Colón de Madrid con motivo de la Fiesta de las Familias, una celebración en la que el cardenal Rouco Varela les ha mostrado su apoyo ante la "agobiante atmósfera intelectual y mediática".

Familias llegadas de toda España y de Europa, en muchos casos portando banderas de su comunidad o de su país, han participado desde primera hora de la mañana en esta festividad, que ha sido "bendecida" por un sol radiante.

El lema elegido este año ,"La familia, un lugar privilegiado", es una frase que el Papa Francisco dirigió a miles de jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro.

El acto central, como ya viene siendo habitual en los seis años que se celebra esta Fiesta de las Familias, lo ha constituido la Misa, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y concelebrada, entre otros, por los tres obispos auxiliares de la capital y los obispos de Getafe, Andújar y Alcalá de Henares.

Antes de la Eucaristía, los asistentes -padres, madres, hijos y abuelos- han podido escuchar en directo a través de dos grandes pantallas las palabras que el Papa Francisco ha transmitido a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

El Pontífice, que ha participado por primera vez en esta fiesta, ha aprovechado el habitual rezo del Ángelus para enviar un saludo a los congregados en Barcelona y en Madrid, quienes han recibido el mensaje con una gran ovación.

En su homilía, Rouco Varela ha defendido la familia constituida dentro del "matrimonio indisoluble" como la "célula básica" de la sociedad frente a la "agobiante atmósfera intelectual y mediática" en la que prima una concepción de la vida caracterizada por la transitoriedad.

Rouco ha considerado que en esta "hora crucial de la humanidad" y en medio de la "dura y persistente crisis", la familia cristiana está demostrando "su insuperable e insustituible valor para la solidaridad y la paz social".

Incluso ante las "extraordinarias contrariedades económicas, sociales y culturales" actuales, ha apuntado.

En su sermón, ha advertido del "clima de opinión pública" en el que prima una concepción de la vida personal caracterizada por "la transitoriedad", de manera que "ni siquiera el don de la vida se entiende como definitivo e inviolable y, por lo tanto, tampoco, el don del amor".

Frente a ello y ante la posibilidad de que vuelva la "cultura de la tristeza", ha apostado por la familia "cristianamente constituida" como "la fuente de la primera y fundamental alegría", la de "la vida nueva que nace natural y sobrenaturalmente" y la de la alegría capaz de sobreponerse a cualquier clase de sacrificios, "convirtiéndolos en oblación de amor".

"No estáis solos -les ha dicho a los miles de asistentes- como tampoco lo estaban María y José cuando se desencadena por Herodes la persecución del Niño Jesús y la matanza de los inocentes".

El cardenal ha terminado su homilía reconociendo la labor de las más de cien familias cristianas dispuestas a ser misioneras, que estaban presentes, a las que ha ofrecido su apoyo, cariño y afecto.

Terminada la Misa, estas familias, todas ellas pertenecientes al Camino Neocatecumenal, han subido al estrado para recibir la bendición de Rouco antes de que el próximo 1 de febrero sean enviadas por el Papa Francisco a misión en los cinco continentes.

En su despedida, el cardenal se ha dirigido a los niños congregados en Colón, a los que ha recordado que "pronto" vendrán los Reyes Magos y les ha pedido que quieran mucho a Jesús para que Melchor, Gaspar y Baltasar "sean generosos" con ellos y con aquellos que, sin estar presentes, "lo están pasando mal".

La jornada, amenizada por villancicos y cánticos religiosos, comenzó a las 10 de la mañana con la intervención del iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, quien dio la bienvenida a los asistentes, especialmente a los llegados desde distintos rincones de España y de países europeos como Alemania, Francia, Italia, Portugal, Austria o Letonia.

Posteriormente, varias familias, pertenecientes a diferentes movimientos católicos, subieron al escenario, presidido por una gran cruz, para dar testimonio de su fe.

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