Cinco personas son ejecutadas a muerte cada día y 25 países avalan la pena capital

  • Oficialmente, además de los ejecutados (cuya cifra ha alcanzado un triste récord), otras 1.998 personas fueron condenadas a perder la vida el pasado año.

    Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Pakistán son las naciones donde más muertes se producen, según datos de la ONG Amnistía Internacional.

Un condenado es trasladado rumbo a su ejecución a muerte en Kuwait.
Un condenado es trasladado rumbo a su ejecución a muerte en Kuwait.
Diego Caldentey

Entre los récords más tristes que registra el planeta, el de los ejecutados a muerte es uno de los que más debería avergonzarnos. La pena de muerte ya es historia en la inmensa mayoría de las naciones. Casi dos tercios de estados no la contemplan ni en su legislación penal ni en la práctica.

De todas formas, durante el pasado año se alcanzado la cifra aberrante y nunca antes alcanzada de 1.634 ejecuciones capitales, según Amnistía Internacional. Esto arroja una media de casi 35 al día. Como si fuera poco, el número de países que avalan este tipo de pena capital y las contemplan en su legislación también ha crecido.

Oficialmente, además de los ejecutados, otras 1.998 personas fueron condenadas a perder la vida el pasado año y esperan -en la antesala de la muerte- que esto se concrete en los próximos días y meses. Las cifras totales dejan fuera de los cómputos a China, que no hace públicos los datos. Solo se tiene como referencia en este aspecto los informes aislados de la Amnistía Internacional, pero así y todo no resultarían lo suficientemente completos y contundentes.

Hablar de una tendencia tan lastimosa al alza cobra mayor magnitud si se comparan las cifras de 2015 con la de 2014. Las ejecuciones han aumentado más de un 50% el pasado año (hace dos, la cifra fue de 607 ejecuciones). Las casi 2.000 suponen la cifra más elevada desde 1989.

Lo más curioso es que las condenas a muerte sí han bajado: se registraron 468 menos que el año anterior, aunque la cifra de muertes consumadas subió porque muchas responden a condenas que fueron dictadas uno y dos años antes.

Un total de 84 países abolieron la pena de muerte en 2005. A ellos, diez años después, se habían sumado otros 105 en 2015. También crecieron los estados abolicionistas de facto, que pasaron en ese mismo período de 120 a 141. Si se comparan los últimos dos años, en 2015 hubo siete naciones más que decidieron suprimir este tipo de pena, cinco menos que la mantuvieron en práctica y uno menos que la practicase solo en casos excepcionales.

Los últimos seis países que han acabado con la pena de muerte en el último año han sido Guinea, Islas Fiji, Madagascar, Mongolia, República del Congo y Surinam.

De los 25 países que siguen llevando a cabo ejecuciones, IIrán, Arabia Saudí, China, Estados Unidos, y Pakistán son las naciones donde más muertes se producen.Por brujería, blasfemia y adulterio

Irán en el país con más ejecuciones por habitante del planeta al llegar al millar este año. En el mundo se sigue ejecutando por brujería, blasfemia o adulterio, entre otros motivos. Entre los fallecidos de 2015 hay que computar más de una docena de kurdos que fueron ahorcados por su actividad en defensa de los Derechos Humanos o por su militancia política.

Los informes señalan que ese país sigue ejecutando a menores de 18 años en el momento del delito, lo cual es contrario al derecho internacional.

Hoy en día se sigue condenando a muerte y ejecutando a personas por "adulterio" durante el matrimonio (Emiratos Árabes Unidos), la "blasfemia" (Pakistán), delitos económicos (China, Corea del Norte, Vietnam), diversos delitos relacionados con laviolación (Afganistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, India, Irán), y la "brujería" y "hechicería" (Arabia Saudí).

Carlos Escaño, responsable de Pena de Muerte de Amnistía Internacional, ha asegurado a la agencia Europa Press que la pena de muerte no hace sino "alimentar el ciclo de violencia" y es un acto "irreversible en respuesta a un impulso irracional que los gobiernos deben combatir".

Escaño avisa además de que la percepción de la pena de muerte cambia cuando se habla de terrorismo ya que según él, en estos casos "el rechazo habitual de la sociedad cambia porque el terrorismo genera terror" y llama a la "reflexión" ya que la población no quiere ser "cómplice de una muerte".

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