La policía griega anunció el viernes que desmanteló con el apoyo de Europol dos redes de traficantes de personas en Atenas y que conducían a los migrantes hacia la Unión Europea.
Paralelamente las autoridades también anunciaron que interceptó a 65 refugiados e inmigrantes provenientes de Turquía ante las costas de Creta.
Tras una investigación de varios meses, la operación llevó a la detención de 16 extranjeros residentes en Atenas, entre ellos los presuntos jefes de las bandas, un bangladesí y un sirio. Otras 48 personas, miembros de ambas redes, han sido identificadas y están siendo buscadas, así como 51 cómplices en otros países.
La policía portuaria de Creta por su parte indicó haber interceptado en la madrugada del viernes una lancha dirigida por dos presuntos traficantes, un ucraniano y un egipcio, con 65 sirios, afganos y paquistaníes a bordo. Todos ellos fueron acogidos provisionalmente en el puerto cretense de Sitia.
Diecisiete niños y dos mujeres embarazadas estaban a bordo de la lancha. Los pasajeros afirmaron haber salido de la costa turca.
Según las investigaciones, los traficantes cobraban entre 100 y 5.000 euros por cliente, enviaban mediante mensajería documentos falsos o robados y billetes de avión a sus "clientes" en Grecia.
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