Yakarta, 4 jun.- Una veintena de activistas encarcelados por apoyar la independencia de la región indonesia de Papúa rechazaron un plan del Gobierno de Yakarta que prevé ofrecerles una amnistía, informó hoy la prensa local.
Varios líderes locales papuanos propusieron la medida de gracia durante una reunión sobre un nuevo plan de mejora de la autonomía de esta región que mantuvieron con el presidente del país, Susilo Bambang Yudhoyono, según informó The Jakarta Globe.
El perdón iba dirigido a una cincuenta de presos a los que se prevé invitar en los debates sobre el futuro de Papúa, indicó al rotativo el vicepresidente del Parlamento regional, Yunus Wonda.
En una carta dirigida a Yudhoyono, 26 presos rechazaron cualquier programa de amnistía y anunciaron su intención de permanecer en prisión hasta que se conceda la independencia a Papúa.
"No quieren clemencia porque lo que quieren es la libertad de Papúa, no la suya individual", dijo al periódico el activista papuano de defensa de los derechos humanos, Markus Haluk.
Entre los presos candidatos a la amnistía había los seis detenidos el pasado 1 de mayo en una protesta realizada durante la conmemoración del 50 aniversario de la anexión de esta excolonia holandesa a Indonesia.
En esa manifestación, en la que murieron dos activistas, se izaron varias banderas independentistas papuanas, una acción por la que la legislación indonesia impone cargos de traición y castiga con penas de hasta 20 años de prisión.
La liberación de presos políticos era, según Yunus, uno de los puntos importantes del plan especial de autonomía que prepara el Ejecutivo de Yakarta, que hasta la fecha ha afrontado la disidencia separatista en Papúa por la vía militar.
"El presidente no tiene ninguna objeción y está listo para ofrecer clemencia. Se espera que los presos políticos se unan al pueblo papuano en el desarrollo del proceso para crear prosperidad", dijo Yunus.
La región de Papúa es una de las zonas más subdesarrolladas de Indonesia pese a su riqueza en recursos naturales y materias primas.
Desde 1963, cuando pasó a estar bajo dominio indonesio, la zona padece un conflicto separatista de baja intensidad.
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