Primer ministro húngaro defiende trato que dio policía a migrantes "rebeldes"

  • El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, defendió el viernes el trato que brindó la policía de su país a los migrantes "rebeldes", pero se negó a comentar un video que muestra las malas condiciones en las que se reparte la comida a los refugiados en un campamento húngaro.

"No quieren cooperar con las autoridades. En realidad, se han rebelado contra la ley húngara", declaró Orban en rueda de prensa en Budapest.

Esta semana, en varias oportunidades, numerosos migrantes se abrieron paso a través de cordones policiales cerca de la frontera con Serbia o se fugaron de un campo instalado para inscribir a la gente que va llegando al país.

"En pocos países la policía se hubiera abstenido de usar la fuerza para enfrentar rebeliones de este tipo", dijo Orban. "Me quito el sombrero ante ellos", agregó.

La policía húngara señaló el viernes que se había ordenado la apertura de una investigación para "determinar los hechos", tras la difusión de un video grabado de forma oculta en el interior del mayor campamento de migrantes en Hungría, en la frontera con Serbia.

Este video muestra a unos 150 migrantes dentro de un cercado en el interior de una gran sala, empujándose por intentar hacerse con una de las bolsas con bocadillos que les lanzan los policías húngaros, ataviados con cascos y mascarillas.

Entre la caótica multitud, se ve a mujeres y niños tratando de atrapar uno de los panes que atraviesan volando el recinto, mientras que aquellos que están más al fondo escalan la valla del cercado para atraer la atención de los que distribuyen la comida.

El martes, la agencia de la ONU para los refugiados había criticado las duras condiciones que se viven en el campo de Roszke, mientras Hungría intenta hacer frente al aflujo récord de migrantes que atraviesan sus fronteras en su camino hacia Europa occidental.

El gobierno conservador terminó de construir a finales de agosto una alambrada a lo largo de su frontera de 175 km con Serbia, lo cual no parece ser un obstáculo para la llegada de los migrantes.

Una nueva barrera, de cuatro metros de alto, está levantándose y debería estar terminada a finales de octubre o principios de noviembre.

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