Hablan los sanitarios

Alarma en la primera trinchera contra la quinta ola: "Ya estamos muy agotados"

La falta de presupuesto, de personal y de formación profesional, ha generado que los sanitarios del servicio público se enfrenten a una quinta ola desenfrenada, golpeados por el colapso del sector. 

Centro de Salud
La primera trinchera de la lucha contra el virus: "Estamos realmente agotados"
María Jesús Labarca

"La primaria está muy castigada", "el cansancio mental es demasiado", "tenemos mucho más trabajo que hace un año"... Estos son solo algunos de los comentarios de sanitarios que trabajan en la primera línea de la sanidad española. La temida quinta ola de la Covid-19 llegó y ha causado grandes estragos no solo con el aumento de la incidencia, sino que también para el personal. Cuando comenzó la pandemia en 2020, los casos se dispararon en los mayores de 80 años y gran parte de ellos terminaron internados en las UCI por los efectos provocados. Sin embargo, esta vez es diferente: el porcentaje de jóvenes que debe ser hospitalizado en UCI es de solo un 0,1%, pero la variante que llegó desde la India, la Delta, es un 62% más contagiosa y ha atacado al colectivo por la falta de vacunación. Esto ha generado un colapso en los centros de salud: "Se nos está empezando a colmar la paciencia… Estamos cansados física y mentalmente, y la verdad es que ya estamos realmente agotados", ha comentado el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí Alegre.

Según el Dr. Almudí, este colapso se debe a todo el proceso de seguimiento que tienen que realizar como especialistas a causa de que el grupo joven tenga gran sociabilización: "Hay que rastrear a los contactos, al entorno familiar, a los abuelos… y esto nos mantiene todo el día pendientes, además de tener que realizar los procedimientos o consultas que hacemos a diario". Insiste en que hay tres factores que lo pueden explicar: la quinta ola, el regreso a las consultas presenciales y no telefónicas, y que no existe personal necesario para sustituir especialmente en esta temporada estival. "Hace muchos años que no tenemos sustitutos, terminamos acumulando las consultas de otros compañeros… Entonces, se juntan estas tres razones y terminamos sufriendo los de primera línea en una situación sanitaria como la actual", ha añadido. La enfermera G.B.P del Centro de Salud Delicias, coincide con Almudí y narra que en diferentes lugares cierran plantas "con la excusa de estar pintándolas, pero realmente están usando a ese personal para cubrir las vacaciones de otros… Ocurre todos los años y ya estamos cansados".

Por su parte, 'Nacho', que trabaja en la UCI del Centro de Salud Marie Curie de Leganés, también dice que la "gran desventaja" de la atención primaria es la falta de sanitarios, y que ahora con el aumento de los trámites administrativos, test y seguimientos, "se ha notado que no hay refuerzo". Aurora, del Centro de Salud Embajadores, advierte de que hace tres días que se puede observar que hay "muchísima gente joven positiva que se viene a hacer el test. Ya no es gente mayor como antes, es increíble, y somos tan pocos que tengo una compañera que no ha logrado salir del box desde la mañana porque está haciendo PCR". Incluso, este panorama ha generado que la Generalitat de Cataluña se replantee los protocolos: toque de queda en las localidades con mayor incidencia y ha decidido reducir la carga de trabajo de algunos de los Centros de Atención Primaria (CAP) en Barcelona y frenar las pruebas de Covid a los contactos estrechos con un positivo, pero que estén totalmente vacunados y no presenten síntomas.

Sin embargo, otra enfermera del centro de Delicias, dice no estar de acuerdo con que la primaria sea la atención más castigada. Trabaja en un hospital y en la atención primaria, y garantiza que estar en el segundo, es "llegar a un 'spa' porque el castigo es a los hospitales, las urgencias nunca cierran las puertas a alguien. Acá sí porque podemos tomar más decisiones". El médico de Atención Primaria y Coordinador del Centro de Salud de Peñafiel (Valladolid), indica que estos problemas no tienen una solución a corto plazo: "Nosotros siempre supimos que vendría otra ola, los jóvenes iban a socializar, era obvio, pero pensaron que así como ellos tenían vacaciones, el virus también". Frente a esto, Nacho, quien tiene 24 años, comenta que "se está culpando demasiado a los jóvenes… Ellos están haciendo lo mismo que el grupo de los mayores, el problema es que no están vacunados, pero no es totalmente su responsabilidad".

Falta de presupuesto

Otra de las causas de este 'hachazo' para la atención primaria es la polémica por la falta de financiación que existe. Según los últimos datos publicados por Sanidad en la Estadística de Gasto Sanitario Público 2019, el año anterior a la pandemia el gasto sanitario público consolidado fue de 75.025 millones de euros, equivalente a un 6% sobre el PIB. En la elaboración del Plan Presupuestario 2021, el costo durante 2020 alcanzó un 7,6% del PIB (84.000 millones de euros), mientras que para este año disminuyó a un 6,9% el porcentaje del PIB equivalente a 84.506 millones de euros. Con el transcurso de los años, la financiación a este sistema ha ido en aumento. Sin embargo, siempre ha sido un factor de polémica política: en plenas elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, Mónica García, candidata por el frente de Más Madrid, aseguró que quería destinar uno de cada 5 euros a la atención primaria y reforzarla con casi 2.000 sanitarios, de esta forma, ayudaría a mejorar el problema de personal. "La excesiva politización de la salud ha llevado a esto. Todo lo que estamos logrando es gracias al compromiso del personal y nada más", sentencia Almudí.

En cuanto al gasto sanitario público consolidado por Comunidad autónoma, la que cuenta con un mayor presupuesto es Cataluña con 11.532 millones de euros (un 4,9% del PIB), le sigue Andalucía con 10.658 millones de euros (un 6,4% del PIB), y las CCAA que tienen una menos cuota son Cantabria y La Rioja con 943 millones de euros y 483 millones respectivamente. La Comunidad de Madrid tiene un gasto de 8.962 millones de euros (3,7% del PIB) y un gasto de 1.340 millones de euros por habitante.

La clasificación funcional de estos gastos, desde 2015 hasta 2019 muestran que el de servicios primarios de salud ha tenido un aumento de 1.764 millones de euros y los servicios de salud pública solo 143 millones de euros, a diferencia del gasto en servicios hospitalarios y especializados que tuvo un aumento de 5.530 millones de euros en cinco años.

"El concepto de colapso es cuando no tienes la capacidad de responder y eso está pasando en muchos lugares", ha explicado el Dr. Almudí, quien comenta que en Castilla y León aún pueden atender, pero "sí nos vemos obligados a aparcar otro tipo de patologías no Covid, que no deja de ser un problema y se convierte en una bola de nieve". "Lamentablemente", según dice el médico de Valladolid, España tiene el porcentaje del PIB más bajo que otros países de la Unión Europea (UE) en cuanto a gasto público sanitario. "Esto nos provoca efectos colaterales, porque tenemos a los sanitarios mal pagados, no estamos formando a los profesionales que necesitamos, y no somos capaces de reponer al personal que se retira", ha sentenciado. En cuanto a una solución, el Dr. cree que no será un resultado rápido, que en al menos 11 años, si la decisión se toma lo antes posible, recién se podrán ver cambios, "pero la paciencia y el cansancio ya nos tienen mal". 

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