Madrid, 31 may.- Ni maquillaje, ni cremas, ni perfumes, tampoco desodorante ni ropa lavada con detergente o suavizantes que emanen olor; el sexto Congreso de Medicina Ambiental se anuncia, a partir de mañana, como "un espacio libre de químicos tóxicos" y pide a sus participantes que eviten agresiones olfativas contaminantes.
La Fundación Alborada y la Fundación Vivo Sano organizan en Madrid este encuentro, al que asisten los máximos expertos de una ciencia incipiente, que registra los efectos en la sociedad de un mercado copado de sustancias sintéticas.
La presidente de la Fundación Alborada, Pilar Muñoz Calero, explicó a EFEverde que el olor artificial se ha incorporado a casi cualquier producto actualmente a la venta, como un potenciador comercial y no de sus propiedades.
En ocasiones se intenta tapar el olor natural desagradable de una materia prima y en otras es parte de la imagen del producto que se quiere vender, pero "ya nada huele natural", dijo.
"Insistimos a todos los participantes en el congreso a no usar fragancias, en sí mismas tóxicas, aunque sean naturales, porque se les añade derivados del petróleo para fijarlas mejor", sostuvo Muñoz Calero, que mencionó los ftalatanos, disfenol A, azmizcles sintéticos y feromonas animales entre los químicos tóxicos que se han incorporado indiscriminadamente a la producción industrial de productos de higiene y cosméticos.
En conjunto, añadió, favorecemos en nuestro cuerpo combinaciones químicas fatales que, aunque parezca que aplicamos en dosis pequeñas, son de agresión constante. "Nos convertimos en un laboratorio experimental y reaccionamos como conejillos de indias en procesos de resultados desconocidos", alertó.
Deberíamos poder comer todo lo que nos ponemos en el cuerpo. La piel es una gran boca de acceso a nuestro organismo, precisó Muñoz Calero, preocupada por la dependencia cultural que se ha desarrollado en torno al olor artificial.
No hace falta oler para estar limpio, recalcó Muñoz, doctora en Medicina y víctima recuperada del síndrome de sensibilidad química, que recomendó, a quienes vayan al Congreso, no llevar ropa sintética ni nueva, por estar impregnada de formaldehído, un declarado alergeno.
El foro del congreso será, durante los tres días del encuentro, uno de los 500 lugares en el mundo "libres de tóxicos", del mismo modo que se imponen ya los lugares "libres de humos" por la prohibición de fumar, señaló Pilar Muñoz.
Se estima que en España hay 300.000 personas que padecen enfermedades de sensibilización del sistema nervioso central, como la fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) o la Hipersensibilidad a Campos Electromagnéticos (EHS, también conocida como electrosensibilidad), que pretenden incorporar a la clasificación internacional de enfermedades y sobre las que se pronuncia la UE este mes de junio.
El Congreso se celebra los días 1, 2 y 3 de junio en Madrid, en la sede de la Cosmo Caixa, en Alcobendas, y cuenta con la participación de William Rea, considerado padre de la medicina ambiental y director del Centro Ambiental de Dallas, donde ha tratado a más de 30.000 pacientes por dolencias relacionadas con la contaminación química, en los últimos 20 años.
Participa, además, Jean Monro, directora médica del "Breakspear Medical Group", una clínica ambulatoria del Reino Unido especializada en Sensibilidad Química Múñtiple, y el director de la Academia Europea de Medicina Ambiental, Peter Ohnsorge.
Martin Pall, profesor de Bioquímica de la Universidad de Washington y descubridor de los mecanismos bioquímicos de las enfermedades ambientales, disertará sobre la "Acción de los tóxicos en el inicio de la enfermedad ambiental" y José Miguel Rodríguez, sobre la electrocontaminación y las fuentes de contaminación en el hogar.
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