Publican recomendaciones para prevenir un nuevo brote de la bacteria E.coli

Madrid, 7 sep.- La Academia Europea de Microbiología ha publicado las recomendaciones para prevenir un nuevo brote de E.coli como el que causó la muerte de 54 personas en 2011 y provocó importantes pérdidas económicas en países como España.

Según ha informado hoy el Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "en cualquier momento" se puede volver a repetir un brote similar.

Por ello, la Academia Europea de Microbiología reunió el pasado diciembre en París a un grupo de expertos a nivel mundial para analizar lo sucedido y proponer estrategias "para evitar o al menos minimizar los efectos de otros posibles brotes".

Un artículo coordinado por el investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Miguel Vicente, y publicado en la revista científica EMBO Molecular Medicine, recoge las conclusiones de la reunión.

La cepa O104:H4 de la bacteria Escherichia coli, también denominada "enterohemorrágica", muestra una "sorprendente capacidad de adhesión al intestino" y produce una toxina que provoca graves daños renales, efectos que, por ahora, sólo se pueden paliar mediante diálisis y manteniendo el equilibrio de electrolitos en sangre.

Los expertos señalan algunos antibióticos como meropenem, azitromicina o tigeciclina que podrían utilizarse porque la cepa es sensible a ellos, mientras que otros como la ciprofloxacina "deben usarse con mucha precaución", ya que pueden provocar un aumento en la producción de la toxina.

Un anticuerpo comercializado como Eculizumab puede disminuir los efectos negativos de la respuesta inmunitaria que se genera en el organismo contra las toxinas de esta cepa de E. coli, aunque -advierte- puede disminuir la propia capacidad de defensa del cuerpo.

Una de las recomendaciones del grupo de expertos va dirigida a las autoridades sanitarias, a quienes instan a contar con procedimientos para que, en este tipo de brotes, el genotipado de las bacterias causantes se haga "a la mayor brevedad posible" ya que de el depende tanto el tratamiento como la eliminación de los focos de infección.

También subrayan la necesidad de investigar "a fondo" los mecanismos por los que la toxina hace su efecto para conseguir fármacos que impidan su acción en el riñón, y en la búsqueda de nuevos antibióticos que frenen la infección.

Además, piden que se mejore la comunicación entre los científicos, los responsables políticos y los medios de difusión "para que se afronten estos sucesos con una base científica fiable y adecuada a cada caso para minimizar los efectos sobre los ciudadanos y los sectores productivos".