Rajoy pone el acento optimista en un encuentro marcado por los malos augurios

  • El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha puesto el acento optimista sobre el futuro de la economía española en las jornadas del Círculo de Economía de Sitges, que este año han estado marcadas por un tono pesimista, casi catastrofista, sobre el futuro del país, del euro y de la propia UE.

Javier Díaz y Gemma Bastida

Sitges (Barcelona), 2 jun.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha puesto el acento optimista sobre el futuro de la economía española en las jornadas del Círculo de Economía de Sitges, que este año han estado marcadas por un tono pesimista, casi catastrofista, sobre el futuro del país, del euro y de la propia UE.

Con la prima de riesgo desbocada y la bolsa en mínimos, Rajoy ha acudido a la XXVIII edición de las jornadas de Sitges, todo un referente de la agenda económica catalana, con la intención de insuflar tranquilidad frente al futuro del país.

Y para ello el presidente del Gobierno ha recurrido a una retahíla de símiles marineros: ha comparado a España con un barco castigado por una tormenta, ha precisado que la nave soportará las turbulencias y al mismo tiempo ha dado a entender que él, en este papel de capitán que corresponde al Gobierno, garantiza que el buque superará la borrasca sin partirse.

El registro adoptado hoy por Rajoy ha contrastado con el lenguaje eminentemente técnico y plagado de anglicismos que suele utilizar el público que hoy le escuchaba, entre ellos empresarios y académicos como los presidentes de CaixaBank, Isidre Fainé; del Sabadell, Josep Oliu o de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró.

Pero el mayor contraste se ha dado respecto a la visión del futuro, ya que los expertos que han participado en las jornadas no han podido transmitir al empresariado un mínimo mensaje de optimismo o esperanza.

De hecho, en más de una sesión algunos han especulado con una inevitable salida de Grecia del euro e incluso la posibilidad de que esto arrastrase a otros países como España y Portugal.

Un panorama oscuro, bastante desesperanzador, es lo que ha dibujado hoy el exministro de Asuntos Exteriores alemán Joschka Fischer, quien ha participado junto al exministro francés Bernard Kouchner en un debate sobre la encrucijada de Europa y el futuro del euro moderado por el presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué.

Fischer, que asumió la cartera de Exteriores desde 1998 hasta 2005 en representación de los verdes alemanes en el gobierno del socialdemócrata Gerhard Schröder, ha advertido de que la UE está "a un paso del desastre" y del "caos" y ha urgido a implantar la unión fiscal para poder salvar el euro.

Tampoco su colega Kouchner ha podido aportar una visión muy halagüeña del problema, aunque ha asegurado ser "optimista", y ha señalado que si Grecia no logra formar un gobierno estable, el abandono por el país heleno del euro podría ser "la única forma de salvar Europa".

Y lo peor, ha agregado, es que este resultado podría generar "una segunda cadena de repercusiones muy difícil de sobrellevar" para países como España o Portugal.

"Ya veremos el año que viene si seguimos pagando en euros", ha señalado Kouchner, mientras la académica del Peterson Institute for International Economics Carmen M. Reinhart alertaba ayer de que España está simplemente "al comienzo" de su proceso de desendeudamiento, que puede llegar a durar una década, dijo.

En este panorama "sombrío" respecto al futuro de la economía, del público han surgido preguntas tan trascendentes como ésta: "¿Dónde están los dioses protectores que van a hacer que los países que tienen que aumentar su austeridad o solidaridad lo hagan?".

Mostrar comentarios