Rechazo iraní de sedes propuestas por Ashton hace dudar de reunión Irán-G 5+1

  • Teherán ha rechazado varias propuestas de sedes europeas planteadas por la responsable de la diplomacia europea y coordinadora del Grupo 5+1, Catherine Ashton, para el encuentro en el que han de tratar el programa nuclear iraní, lo que hace dudar de que pueda iniciarse el próximo 13 de abril.

Chema Ortiz

Teherán, 6 abr.- Teherán ha rechazado varias propuestas de sedes europeas planteadas por la responsable de la diplomacia europea y coordinadora del Grupo 5+1, Catherine Ashton, para el encuentro en el que han de tratar el programa nuclear iraní, lo que hace dudar de que pueda iniciarse el próximo 13 de abril.

La agencia local iraní Fars, que cita "fuentes diplomáticas" que no identifica, señala hoy que, entre las propuestas de Ashton en nombre del 5+1, compuesto por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, estaban Noruega, Suiza y Austria, que fueron rechazadas por Teherán.

El subsecretario de Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Bagueri, y la subsecretaria general para Asuntos Políticos del Servicio Exterior Europeo, Helga Schmid, prosiguen las conversaciones para decidir la sede, según la agencia iraní, que agrega que han acordado que el inicio del encuentro sea 24 horas después de lo previsto y comience el 14 de abril.

La misma agencia apunta que Irán se decanta por sedes en Asia, en concreto por Bagdad, aunque aún no ha sido totalmente descartada Estambul, que fue la opción inicial de ambas partes.

El primer ministro Turco, Recep Tayyip Erdogan, en su visita a Irán la semana pasada, propuso Estambul como sede para el encuentro, lo que en principio aceptaron las autoridades iraníes.

El 28 de marzo, tras recibir a Erdogan en Teherán, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Salehi, señaló que el encuentro entre Irán y el 5+1 se iniciaría el 13 de abril, pero que aún estaba por fijar la sede, aunque admitió Estambul como la más probable.

Posteriormente, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, confirmó el 31 de marzo que la reunión sería en Estambul los días 13 y 14 de abril.

Durante la visita de Erdogan a Irán, quedaron patentes las diferencias entre Ankara y Teherán sobre el conflicto de Siria, en el que Irán apoya al régimen de Damasco, del presidente Bachar al Asad, mientras Turquía respalda a los grupos opositores que tratan de derrocarlo, lo que distancia a ambos países.

Aunque el propio Erdogan ha defendido el derecho de Irán a utilizar la energía atómica con fines pacíficos, el Gobierno de Turquía anunció el 1 de abril que reduciría en un 20 por ciento sus importaciones de petróleo iraní, atendiendo a las presiones de EEUU en relación con sus sanciones a Irán por la cuestión nuclear.

El 3 de abril, empezaron a plantearse dudas en Teherán y el secretario del influyente Consejo del Discernimiento, Mohsen Rezai, pidió el cambio de la sede del encuentro, al considerar que Estambul no es adecuado pues, dijo: "Turquía no ha cumplido algunos acuerdos que tenía con nosotros", y apuntó a Bagdad, Damasco o Beirut.

El mismo 3 de abril, el ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshiyar Zebari, recibió a una delegación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní que le pidió que Bagdad albergara la reunión entre representantes de Irán y del 5+1, a los que el responsable de la diplomacia iraquí se mostró dispuesto.

Ayer, el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de Teherán, Alaedin Boruyerdi, dijo que prefiere Bagdad como sede de la reunión con el 5+1.

Ashton y su equipo no se han manifestado públicamente sobre el lugar y fecha de la reunión.

Tanto Naciones Unidas como EEUU y la UE mantienen sanciones a Irán debido a su programa nuclear, que algunos gobiernos, con el de Washington a la cabeza, creen que puede tener una vertiente militar destinada a fabricar bombas atómicas, lo que Teherán niega y afirma que es exclusivamente civil y pacífico.

Israel, Estados Unidos y en cierta medida el Reino Unido han amenazado con atacar Irán para frenar su desarrollo nuclear, a lo que Teherán ha respondido que dará una respuesta "aplastante" en caso de agresión.

Algunos países, como Rusia y China, se oponen a nuevas sanciones a Irán y han advertido que un eventual ataque militar a territorio iraní podría tener unas consecuencias imprevisibles y catastróficas para el mundo, opinión que comparten numerosos gobernantes y expertos, incluso en Israel y EEUU.

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