Reforma fiscal. La comisión de expertos propone suprimir el impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica


El grupo de expertos que ha diseñado las recomendaciones para la reforma fiscal que prepara el Gobierno recomienda suprimir el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica, compensándose la pérdida de su recaudación a través de un incremento del impuesto sobre la Electricidad, así como equiparar el tipo del gasóleo al de la gasolina.
Así consta en el informe de la comisión presidida por Manuel Lagares, en el que plantea eliminar el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica, creado con el fin de contribuir a financiar el déficit de tarifa, y señala al respecto que este tributo “no responde a ningún criterio medioambiental”, sino que se configura como “un instrumento meramente recaudatorio que terminará incidiendo sobre el consumidor”.
Sin embargo, dado que la recaudación de este impuesto está destinada a la financiación del déficit tarifario, resultaría “necesario” compensar su pérdida mediante el aumento del tipo del Impuesto sobre la Electricidad.
La comisión plantea sustituir la actual base del Impuesto sobre la Electricidad, que coincide con el importe facturado, por el número de kilovatios/hora consumidos, de modo que “se incentive la eficiencia y el ahorro energético” y se adapte el impuesto a la propuesta de la directiva europea sobre la fiscalidad energética.
Además, los expertos creen que debería integrarse en este impuesto el canon por utilización de las aguas continentales para la producción de la energía eléctrica, lo que exigiría la modificación de la actual cesión del 100% de la recaudación líquida del Impuesto sobre la Electricidad a las comunidades autónomas para que no tuviera carácter de tributación cedida.
SUBIR EL TIPO AL GASÓLEO
Por otra parte, en cuanto a la imposición sobre hidrocarburos, la comisión propone en su documento equiparar el tipo del gasóleo al de la gasolina “en el período que se estime adecuado por el Gobierno” y utilizar la recaudación adicional para reducir las cargas estatales sobre el factor trabajo.
A su parecer, el Gobierno debería diversificar el impuesto en un gravamen sobre la energía y otro sobre el dióxido de carbono de acuerdo con los criterios de la propuesta de directiva sobre la fiscalidad energética de la Unión Europea (UE).
De igual forma, aconseja suprimir las exenciones que “hoy impiden una aplicación más extensa” del Impuesto sobre el Carbón, aproximando su estructura a la propuesta para el Impuesto sobre Hidrocarburos.
Entre sus propuestas se encuentran también una reforma conjunta del impuesto sobre la producción de combustible nuclear gastado y residuos radiactivos resultantes de la generación de energía nucleoeléctrica, y del impuesto sobre el almacenamiento de combustible nuclear gastado y residuos radiactivos.

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