El régimen sirio ataca barrios rebeldes de Alepo pese a tregua

La aviación del régimen sirio atacó este jueves los barrios en manos de los rebeldes en Alepo, horas después de que Rusia, aliada de Damasco, anunciara la entrada en vigor de una tregua de 48 horas en esta ciudad del norte de Siria.

En los últimos meses se anunciaron varios ceses el fuego en Alepo, otrora capital económica de Siria, actualmente arrasada por la guerra y dividida desde 2012 entre régimen y rebeldes.

Pero, después de un respiro de varios días, el frente se avivó entonces de nuevo con ataques sangrientos del ejército del aire, por un lado, y con mortíferos lanzamientos de cohetes de los insurgentes sobre los barrios gubernamentales, por el otro.

El nuevo "régimen de silencio" de 48 horas entró en vigor "el 16 de junio a las 00H01 (21H00 GMT del miércoles)", había indicado el ministerio de Defensa.

Pero el anuncio ruso no gustó en esta ocasión en Damasco. Una fuente próxima al régimen indicó a la AFP que se trata de un "alto el fuego cerrado en connivencia" con Estados Unidos, que por su parte apoya a la oposición al presidente Bashar al Asad.

Los habitantes del sector rebelde aprovecharon, no obstante, las horas de tregua de la mañana para realizar compras por primera vez desde el inicio del mes de ayuno del ramadán a principios de junio, constató un corresponsal de la AFP.

Pero durante la tarde, la aviación del régimen lanzó barriles de explosivos contra los barrios rebeldes. Naciones Unidas y las oenegés internacionales denunciaron el recurso a esta arma especialmente destructora y que se usa sin un objetivo concreto.

Para los analistas, los enfrentamientos continuarán en Alepo, segunda ciudad del país y punto estratégico en el conflicto, mientras no haya un verdadero esfuerzo para relanzar los procesos de paz, actualmente en punto muerto.

"Los sirios son cada vez más escépticos frente a estas efímeras treguas, que parecen tan artificiales e infructuosas como las sesiones de negociaciones, que provocan esperanzas y luego decepciones amargas", afirmó a la AFP Karim Bitar, director de investigaciones en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS).

"Parece que se trata una vez más de un alto el fuego de conveniencia, apenas respaldado por un verdadero proceso político", añadió.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, reconoció que "el diálogo político no acaba de arrancar". En Ginebra, varias sesiones de negociaciones impulsadas por Naciones Unidas no han conseguido sentar las bases de un proceso de negociación viable.

"Esta tregua de algunas horas no pretende detener el baño de sangre y las masacres, sino que es un simple descanso para los asesinos y los autores de matanzas contra los alepinos y el pueblo sirio", criticó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El anuncio de Rusia de la nueva tregua llega después de la advertencia que lanzó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a Damasco y Moscú.

"Rusia debe comprender que nuestra paciencia (...) es muy limitada en cuanto a saber si Asad será o no puesto delante de sus responsabilidades", y silenciar las armas bajo la presión de Rusia, añadió el secretario de Estado, quien anunció que su país está dispuesto a "pedir cuentas" a los rebeldes que violan la tregua.

Pero su homólogo ruso devolvió la pelota al tejado de los estadounidenses. Washington "no puede ni quiere presionar a sus aliados en la región", dijo Lavrov en referencia a Arabia Saudita y Turquía, que quiere la marcha de Asad a cualquier precio.

En Damasco, una fuente expresó el descontento del régimen tras el anuncio de la tregua. "Es siempre lo mismo. Cada vez que el ejército avanza en el norte de Alepo y está a punto de asediar la ciudad, Rusia interviene para decretar un alto el fuego en connivencia con los estadounidenses. Manifiestamente, Moscú no quiere que tomemos Alepo".

El conflicto en Siria, iniciado por la represión de manifestaciones reclamando reformas, se ha complicado a lo largo de los años con una multitud de actores sirios, regionales o internacionales, y sobre todo desde el fortalecimiento de grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI).

La guerra ha matado a más de 280.000 personas y ha obligado a millones de sirios a abandonar sus hogares.

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