Moscú, 16 abr.- Rusia aseguró hoy que participará mañana jueves en Ginebra en la reunión a cuatro bandas (Ucrania, EEUU, la Unión Europea y Rusia) sobre la crisis en Ucrania, a no ser que ocurra en las próximas horas algún suceso "dramático" en el sureste de ese país.
"Nos estamos preparando para esa reunión sin condiciones previas", aseguró el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Grigori Karasin, a la agencia oficial RIA-Nóvosti.
Karasin subrayó que Moscú enviará una delegación a Ginebra "a no ser que durante la tarde y la noche ocurra algo extraordinariamente dramático en el sureste de Ucrania".
El diplomático aseguró que la postura rusa en Ginebra se cimentará en la preocupación que causa en Moscú "la ausencia de toda clase de respeto a la opinión de las regiones, especialmente del sureste de Ucrania, por parte de las actuales autoridades de Kiev".
"Considero que la reunión se dedicará a la búsqueda conjunta de una vía de salida a la crisis creada", confió.
Rusia, a la que Occidente acusa de instigar y orquestar los ánimos separatistas en el este de Ucrania, criticó en un primer momento a la UE y EEUU por anunciar la convocatoria de la reunión cuatripartita sin alcanzar antes un acuerdo con ella.
El Kremlin ha propuesto al Gobierno de Kiev que apruebe una nueva Constitución que convierta a Ucrania en una federación, otorgue a la lengua rusa el estatus de oficial y reconozca a Crimea como parte del territorio de Rusia, que se la anexionó en marzo pasado tras un referéndum.
El presidente ruso, Vladímir Putin, llamó anoche a la comunidad internacional a condenar el uso de la fuerza por parte de Ucrania durante una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Según el jefe del Kremlin, la situación en el vecino país "se ha agudizado de manera brusca debido a la operación de fuerza iniciada por las autoridades de Kiev en el sureste del país", en alusión a la operación lanzada contra las milicias prorrusas en la región de Donetsk.
Al respecto, la Cancillería rusa acusó hoy a Estados Unidos de aprobar "la guerra contra el pueblo" lanzada por Ucrania al dar su visto bueno al uso de la fuerza por parte del Ejército en el este rusohablante del país.
Además, criticó al Departamento de Estado norteamericano por hacer caso de todas las acusaciones vertidas por Ucrania sobre la supuesta "mano negra" rusa en la organización de disturbios en las regiones que se han sublevado contra el Gobierno central.
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