San Sebastián, 9 ene.- Uno de los proyectos emblemáticos de San Sebastián 2016, la nao San Juan, que iba a recorrer diversos puertos europeos para promocionar la Capitalidad Europea de la Cultura, no se podrá botar en mayo de ese año como estaba previsto y es "muy complicado" que su construcción finalice en los meses siguientes.
Una vez frustrada la misión diplomática de ese barco, réplica de un ballenero vasco del siglo XVI, que se construye por medios artesanales en los astilleros tradicionales de la Asociación Albaola de Pasaia (Gipuzkoa), se plantea "redimensionar el proyecto" para extraer de él otros "valores".
El director, Raúl Pérez de Iratxeta, ha explicado la situación actual del proyecto y defiende que el propio proceso de alumbramiento de la nave tiene ya en sí un valor, pues el astillero funciona como museo desde el julio y ha recibido 12.000 visitantes.
En ese sentido se pronuncian también fuentes de la oficina Donostia 2016, que señalan a EFE que "ahora mismo es una iniciativa que ya está generando un legado", pues el montaje del ballenero está produciendo "actividad económica, turística y de servicios en una zona necesitada como la bahía de Pasaia".
"Ese valor no desaparece por que la nao no llegue al agua en 2016. Para nosotros es una iniciativa atractiva porque muestra la importancia que tenía hace siglos la actividad ballenera, para la economía vasca", indican las fuentes de la Capitalidad, que admiten no obstante que ese legado es "importante para el territorio", pero "no tanto para Europa".
La Fundación 2016 decidió en diciembre de 2012 que la nao San Juan se convirtiera en "marca nómada y embajada itinerante" y que viajara por Europa para promover "el conocimiento, la relación y la cooperación entre diferentes".
En ese momento, se calculó un presupuesto de 3,9 millones de euros para llevar a cabo ese plan, de los que 1,9 los aportaría la Fundación -ha entregado sendas partidas de 650.000 euros en 2013 y 2014- y el resto procederían de la venta de entradas del museo y de patrocinios privados.
Pérez de Iratxeta no concreta cifras, pero dice que por esa vía solo se ha cubierto "una mínima parte de los gastos estructurales", lo que ha impedido contar con más carpinteros que los 14 contratados actualmente y la nave se ha seguido construyendo "de manera más lenta".
Al factor presupuestario se ha sumado, además, la "complejidad técnica" que conlleva ir dando forma a la réplica de la misma manera en que se construyó el barco original.
El director del proyecto no atribuye a errores o cálculos optimistas el resultado de esta operación de la "capital cultural flotante", como se la ha definido, sino a la coyuntura económica que "es la que es".
No cree tampoco que se trate de una iniciativa "frustrada" porque "hay un equipamiento que está funcionando" y está teniendo "gran aceptación" y beneficios económicos para la zona.
En la oficina de DSS-2016 tampoco creen que el plan de la nao San Juan haya "hecho aguas". "Es un proyecto absolutamente complejo, sin precedentes en este tipo de construcción. No vamos a la fecha prevista y no es una buena noticia, pero estamos replanteándolo para ver dónde podemos llegar y qué podemos extraer de ahí una vez que se construya", destacan las fuentes.
Se viene abajo, por tanto, el plan que preveía que jóvenes artistas y creadores de diferentes nacionalidades viajaran en la nao en 2016, en un recorrido por varios países atlánticos de Europa caracterizados por contar con lenguas minoritarias.
No obstante, la iniciativa, bautizada como "Tosta" -nombre que se da en varias lenguas al banco de remo de las embarcaciones-, se mantiene y se estudiará la forma de llevarla a cabo ya sin barco.
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