Sao Paulo destaca legado del santo Anchieta en una misa celebrada en su honor

  • El arzobispo de Sao Paulo, Odilo Scherer, agradeció la canonización del jesuita español José Anchieta (1534-1597), en una homilía en la que diversos representantes políticos resaltaron el legado del conocido como "Apóstol de Brasil".

Sao Paulo, 6 abr.- El arzobispo de Sao Paulo, Odilo Scherer, agradeció la canonización del jesuita español José Anchieta (1534-1597), en una homilía en la que diversos representantes políticos resaltaron el legado del conocido como "Apóstol de Brasil".

La ceremonia se celebró en la Catedral Sé de Sao Paulo, donde se instaló una imagen de grandes dimensiones del santo brasileño que congregó a cientos de fieles que quisieron rendirle homenaje.

Durante la homilía, que comenzó a las 11.00 hora local (14.00 GMT), el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, subió al altar de la Catedral de Sé y elogió el ejemplo dado por el santo a todos los católicos.

"El padre Anchieta es un ejemplo para los católicos y para todas las personas de buena voluntad. Él era un hombre de apariencia débil, pero de corazón fuerte", afirmó Alckmin.

El alcalde de la ciudad, Fernando Haddad, por su parte, destacó el legado de "cultura, de respeto a la diversidad y ética" de Anchieta, así como su labor evangelizadora y humanitaria.

Antes del comienzo de la misa, unas dos mil personas, según la organización, realizaron una procesión en la que exhibieron una reliquia del santo, concretamente el resto de uno de sus fémures.

La reliquia, protegida por una urna de metacrilato, fue trasladada por un grupo de jóvenes pertenecientes a colegios y comunidades jesuitas.

Los fieles partieron del Patio del Colegio, lugar donde Anchieta fundó, el 25 de enero de 1554, un colegio para evangelizar a los indígenas brasileños de Piratininga, hasta la Catedral Sé de Sao Paulo.

Una foto del santo presidía la multitudinaria procesión que durante 40 minutos recorrió el centro de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil.

Anchieta, nacido el 19 de marzo de 1534 en Tenerife (Islas Canarias, España), ingresó en los jesuitas en 1550 y tres años más tarde, una vez concluida la etapa del noviciado, fue destinado a las misiones en Brasil, adonde llegó por el principal puerto brasileño, Salvador de Bahía, el 13 de julio de 1553, en plena colonización del continente.

La llegada del tinerfeño a Bahía supuso el comienzo de una misión de 44 años, en la que, entre otras cosas, fundó la ciudad de Sao Paulo y se granjeó una fama a favor de la protección de los nativos.

Desde su llegada a Brasil se destacó como defensor de los derechos de los aborígenes y mestizos por sus llamamientos contra la persecución de los indígenas y el mercado de esclavos.

Pese a que los jesuitas defendían su canonización desde hacía casi cuatro siglos, el proceso se paralizó cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de Portugal y de sus colonias en 1760.

El proceso se reabrió en 1877 y, finalmente, la beatificación se realizó el 22 de junio de 1980 por el papa Juan Pablo II, en vísperas de la primera visita que el pontífice hizo a Brasil.

Mostrar comentarios