Los médicos no eran optimistas, el cáncer de mama de Maggie Batt Rawden se había complicado mucho en el último mes y lospronósticos no le daban mas que días de vida. Su deseo era poder dar el "sí, quiero", al que había sido el amor de su vida. Su pareja lo sabía y hizo todo lo que estuvo en su mano para que Maggie pudiera cumplir su sueño.
Maggie Batt-Rawden, de 55 años, padecía cáncer de mama desde el 2013, un cáncer que se le había complicado en el último mes extendiéndose a los pulmones. Los médicos le habían dado un pronóstico muy poco esperanzador a ella y a su pareja, sin embargo, ella solo pensaba en poder cumplir su sueño de casarse con el que había sido el amor de su vida. Por lo que Marcos, pareja de Maggie, no lo dudó y organizó una boda con tan solo 24 horas de tiempo, llamó a los invitados tres horas antes y trasladó la ceremonia a la habitación de hospital en la que Maggie se encontraba.
El hospital Royal Surrey Country no puso ninguna objeción, todo lo contrario, flores, luces de colores, todo fueron facilidades para convertir esa habitación en una envidiable capilla de bodas en el que dos personas se pudieran dar el "sí, quiero". "Hicieron todo lo imposible, crearon una boda de ensueño, dadas las circunstancias más desesperadas, incluso globos de colores y un pastel", decía el novio a Daily Mail.
La celebración se alargó hasta las 10 de la noche en la que no faltaron sonrisas y miradas de complicidad entre los novios. "La expresión en el rostro de Maggie era una verdadera delicia para contemplar. Había tanto amor en esa sonrisa", declaraba Marcos al medio.
Contra todo pronóstico, Maggie consiguió pasar el fin de semana,y aunque su estado todavía es terminal, ahora puede afirmar que ha cumplido el sueño de su vida.
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