Sólo hacer dieta no basta para adelgazar

    • La población española consume más grasa y proteínas de las que debería.
    • Nos quedamos cortos en la ingesta de hidratos de carbono y fibra dietética.
Más del 88% de los gimnasios inspeccionados por Consumo cumplen con los derechos de los usuarios
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De poco sirve ponerse a dieta y sólo a dieta cuando lo que queremos es perder peso. Evidentemente los primeros kilitos se perderán sin problema, pero llega un momento en el que es necesario combinar el sacrificio alimentario con un poco de ejercicio. Si se combina desde un primer momento la báscula se resistirá menos para bajar.

Según el Prof. Gregorio Varela-Moreiras, presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, "el organismo humano está fisiológicamente diseñado para ser más efectivo en la prevención de la ganancia de peso que a la hora de tratar la obesidad, por lo que hay que potenciar esta prevención a través de un balance energético adecuado".

En este sentido, el presidente de la FEN pone en valor la importancia de no actuar de manera aislada sobre la alimentación diaria a la hora de disminuir la obesidad, sino potenciar a la vez el gasto energético para conseguir un balance adecuado de energía.

"Estamos diseñados para ser y estar activos, no para ser deportistas de élite, pero sí para movernos de forma habitual, a pesar del entorno actual que nos rodea, caracterizado por el sedentarismo y por una gran disponibilidad de alimentos. Por esto, el bienestar físico y una salud óptima es más factible de conseguir en aquellas personas que acostumbran a ser activas", señala el Prof. Varela-Moreiras.

En caso de que la restricción energética sea necesaria, "ésta debe ser siempre de acuerdo con una elevada densidad nutricional, evitando potenciales ingestas insuficientes de micronutrientes, y recordando siempre que la nutrición es igual a salud y placer", explica.

"En definitiva, si el balance energético se consigue a un nivel más elevado, aumentando la actividad física, nos permitirá además disfrutar de una mayor variedad de alimentos".

Según se indica en la investigación 'Ingesta, perfil y fuentes de energía en la población española', la población española actual tiene un perfil de ingesta de energía desequilibrado, con un consumo de grasas superior al límite máximo establecido en las recomendaciones, lo que ocurre igualmente con la ingesta de proteínas, mientras que la de hidratos de carbono y fibra dietética estaría por debajo de las indicaciones que marcan los objetivos nutricionales intermedios para la población española que propuso la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) en 2011.

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