Sospechan que se venden a los nativos medicamentos falsos contra la malaria

  • La investigación del caso de una mujer occidental que estuvo en riesgo vital tras ser tratada con un fármaco contra la malaria comprado por un ciudadano guineano ha despertado las sospechas de que se estén vendiendo medicamentos falsos a la población local de países africanos.

Pamplona, 21 sep.- La investigación del caso de una mujer occidental que estuvo en riesgo vital tras ser tratada con un fármaco contra la malaria comprado por un ciudadano guineano ha despertado las sospechas de que se estén vendiendo medicamentos falsos a la población local de países africanos.

Dos médicos de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), José Luis del Pozo y Carlos Chaccour, han descrito en un artículo en la revista The Lancet, junto a otros colegas británicos, el caso de una mujer de 28 años que contrajo malaria en Guinea Ecuatorial y regresó a España para ser atendida al persistir los síntomas de la enfermedad, pese a estar tomando una medicación que resultó ser falso ya que no contenía principio activo alguno.

La paciente había adquirido personalmente el mismo medicamento en ocasiones anteriores en farmacias de Guinea Ecuatorial y siempre había sido el producto original, pero en la última envió a un ciudadano guineano a comprarlo.

"Aún es necesario probarlo, pero todo hace pensar que hay un tráfico diferencial. A un occidental no le venden el falsificado para no meterse en problemas, pero no ocurre lo mismo con los nativos", apuntan en su artículo los doctores Del Pozo y Chaccour.

El hecho de que este caso sea el primero descrito en el que una persona no autóctona de un país en vías de desarrollo se ve afectada por un medicamento antimalárico falso que pone en riesgo su vida podría obedecer, según los doctores, "a un tráfico diferencial en el comercio de estas falsificaciones".

El caso se presentará en el congreso "Challenges in Malaria Research. Progress towards elimination", que se celebrará en Basilea del 10 al 12 de octubre, con la presencia de los principales investigadores de la enfermedad, que causa en los países en vías de desarrollo entre 800.000 y 1.600.000 fallecimientos al año.

El estudio se refiere a una mujer que visita con frecuencia Guinea Ecuatorial y que había contraído la enfermedad en tres ocasiones anteriores, en las fue tratada con comprimidos de artesunato de forma efectiva y se había recuperado.

En esta ocasión, sin embargo, no fue así y como persistían los síntomas ingresó en la Clínica Universitaria donde se advirtió en su sangre hasta 50 billones de parásitos, pese a que seguía tomando los comprimidos que trajo de Guinea, lo que "nos hizo sospechar que el medicamento podía ser falso", destacan en el artículo.

Una vez se le administró el medicamento auténtico se recuperó a los tres días y, tras recibir el alta, se remitieron los envases que tenía del medicamento comprado en Guinea Ecuatorial a la Escuela de Medicina Tropical de Londres para su análisis.

"Los resultados mostraron que los comprimidos no tenían ningún principio activo", señala el artículo en el que se reconoce que el envase "era una falsificación muy buena" y "muy similar al original", aunque se apreciaban distintos errores tipográficos y ortográficos.

La malaria, presente en 99 países, es transmitida mediante la picadura de un mosquito y anualmente se producen unos 200 millones de casos, que suponen entre 800.000 y 1.600.000 muertes (el 80% en África).

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