Su mejor herencia, la discreción; su mayor fortuna, la intimidad

  • Haciendo gala de su mejor herencia, la discreción, esta tarde se ha casado en Galicia Marta Ortega, la hija del todopoderoso dueño de Inditex, Amancio Ortega, que al frente de su imperio textil ha logrado amasar la mayor fortuna de España.

Luis Martínez

Cambre (A Coruña), 18 feb.- Haciendo gala de su mejor herencia, la discreción, esta tarde se ha casado en Galicia Marta Ortega, la hija del todopoderoso dueño de Inditex, Amancio Ortega, que al frente de su imperio textil ha logrado amasar la mayor fortuna de España.

Tiene 28 años pero, aunque es la heredera de todo un imperio, hoy en el municipio coruñés de Cambre no ha querido ser más que una novia que realizaba su sueño de casarse.

Y lo ha hecho con Sergio Álvarez Moya, a quien conoció en el ambiente hípico. Un joven asturiano -de Avilés- que tiene 27 años y con el comparte la pasión por este deporte.

El novio ocupa el primer puesto del ránking de saltos en la Federación Hípica Española y ha cosechado numerosos triunfos internacionales.

Se conocieron en el Club hípico de Gijón cuando tenían 14 ó 15 años, una época en la que Marta ostentaba el título de Campeona de España juvenil y Sergio ya despuntaba en este deporte, en el que ha conseguido llegar a lo más alto con los medios más modestos.

Aunque, según él mismo afirma, el mayor de todos los triunfos que ha logrado ha sido conocer a la que ya es su esposa y de la que ha dicho: "Es lo mejor de mi vida".

Y pudiendo escoger para celebrar el día de su boda entre el lujo de cualquier lugar del mundo han elegido el pazo que la familia de Marta posee en Anceis, a 15 kilómetros de A Coruña.

Un edificio de estilo barroco del siglo XVII, antigua residencia de los Condes de Torre Penala y que fue también el escenario en el que su padre, el fundador de Zara, contrajo matrimonio en el año 2001 con su segunda mujer, Flora Pérez Marcote, la madre de Marta y con la que ésta guarda un gran parecido físico.

Se trata de un lugar, el "Pazo do Drozo", que guarda más historias, porque hace 37 años, en 1975, mientras Amancio Ortega abría su primera tienda en la coruñesa calle de Juan Flórez, en él se rodaba la película "Volvoreta", basada en la novela de Wenceslao Fernández Flórez y dirigida por José Antonio Nieves Conde.

Apenas un centenar de personas -entre familiares y amigos- han sido testigos de este enlace y han demostrado su complicidad con la pareja, respetando su deseo de guardar celosamente, en el más absoluto secreto, cada detalle de la boda.

Del menú se han ocupado el cocinero gallego Marcelo Tejedor, amigo de la familia y poseedor de una estrella Michelín en su restaurante de Santiago, "Casa Marcelo", y en un guiño al novio, el asturiano Nacho Manzano que ha elaboaradoplatos tipicos de la tierra de proececendia del novio.

Y otra muestra de lealtad y aprecio a la tierra ha sido la decoración de las mesas del banquete. Se ha hecho con el tejido típico de la zona: mantelería de hilo y encaje de Camariñas.

Sobre la lista de bodas, la pareja ha avisado a sus invitados de que no aceptarían regalos.

No obstante, con la invitación se informa de números de cuentas bancarias para aquellos que quieran donar el dinero de los regalos a las instituciones de Cáritas y a la Cocina Económica.

Pero el secreto mejor guardado de cualquier boda es siempre el vestido de la novia. Y en este caso no sólo lo ha sido para el novio. Hasta el mismo día de la boda no se ha podido confirmar que Marta Ortega ha elegido Narciso Rodríguez.

Y así, sin imágenes, sin fotografías, sin declaraciones a las decenas de periodistas desplazados hasta allí para cubrir la que se consideraba una de las bodas del año, hoy una mujer que heredará algún día más de 30.000 millones de euros, no ha querido que su fama le robara su mejor fortuna: su intimidad.

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